1. Portugués pollón


    Fecha: 10/06/2024, Categorías: Gays Autor: Einar Cano, Fuente: CuentoRelatos

    ... facilitárselo.
    
    - Te gusta ¿verdad puta?
    
    Ahora eran dos los dedos que estaban haciendo la labor de zapa en mi culo, de vez en cuando José soltaba un cachete haciéndome suspirar.
    
    - Aaah cabron, me tienes cachonda perdida.
    
    Se incorporó, con su mano en la espalda me hizo inclinarme hasta apoyarme en los codos, me abrió los cachetes y puso la punta de su polla en mi ojete, yo sabía que dolería, lo que no sabía es si podría aguantar.
    
    - Despacio José, despacio por dios.
    
    - Relájate mi niña, relájate, sé lo que hago.
    
    Empezó a empujar, despacio, muy poco a poco, comenzó a meter su monstruo en mi culo, el dolor llegó enseguida y cuando el cabezón aquél venció la resistencia de mi esfínter el dolor me hizo doblar las rodillas.
    
    - Ay, ay, ay mi culo cabron, me has roto el culo, ay hijo de puta ayyyy. – había notado como me abría, en ese momento pensé que tal vez me había atrevido con más de lo que podía abarcar.
    
    - Ssshh cállate, ya verás, ya pasa mi niña, ya pasa.
    
    Se estuvo quieto esperando a que mi culo se acomodara al tamaño de su polla, yo mas que gemir sollozaba, pero el dolor iba desapareciendo, José continuó empujando para acabar de meter su verga, ya el placer iba sustituyendo al dolor y cuando noté que sus huevos tocaban mi perineo comprendí que la tenía toda dentro.
    
    - Aaah mi culo, cabron, ay mi culito, mi culito ooohhh, me has reventado el culo.
    
    Comenzó a meterla y sacarla, muy despacio al principio para ir poco a poco incrementando el ritmo, cuando la metía creía que me mataba y cuando la sacaba le pedía que me la volviera a clavar.
    
    - Ay, ay que rico, que rico, cabron, ay, follame, follame cabronazooo.
    
    - ¿Estás viendo, puta?, te dije que era muy macho.
    
    - Ah, ah mi culo cabron, ay mis piernas, ay como me tienes cabron, mis piernaas, no me aguantan cabron, hijo de puta, no me sostienen.
    
    - Aguanta maricón, - paf, un guantazo con aquellas manos que parecían tablas de planchar.
    
    - Ay, hijo de puta, ay
    
    José seguía moviéndose, incansable, metiendo y sacando su polla de mi culo, el corazón me iba a mil, mi cuerpo estaba completamente bañado en sudor, el sonido de su pubis golpeando mis nalgas me hacía suspirar, sus embestidas eran cada vez más fuertes, resoplaba como un semental, el placer era tan intenso que creía que me iba a desmayar.
    
    - Ah, mi culo, mi culo.
    
    - Tú culo es mío puta, mio.
    
    Sus manos agarraban mis caderas, sus dedos se clavaban en mis carnes, su cadencia era rítmica, incansable, notaba sus huevos golpeando mi perineo, ambos estábamos empapados en sudor, el olor a sexo me ponía a mil.
    
    - Ay mi culo, no pares cabron, no pares, mi culo, mi culo.
    
    - Te gusta mi polla ¿verdad golfa? Dímelo, dime que te reviente el culo con mi polla.
    
    - Ay si, siii, adoro tu polla, destrózame cabron.
    
    - Puta puta puta, toma puta.
    
    No sabía cuanto tiempo llevaba así, ese portugués cabron no se cansaba, el culo me ardía, el corazón lo tenía desbocado, de pronto me empezó a temblar todo el cuerpo ...