Atada, expuesta y dominada VII Fin - Relatos Eróticos

Atada, expuesta y dominada VII Fin

... preparo para disfrutar. Mientras con un dedo urga en mi interior, con la otra mano sigue masajeando piernas, cadera y glúteos. Los separa y junta al mismo ritmo que me penetra ahora ya con dos dedos en mi interior, le resulta realmente fácil entrar y salir, mi coño es un charco. Arrima su pene a mi mano derecha frotando su enorme bulto en ella. La giro y abro buscando esa dureza, la acaricio y presiono mientras él mueve sus caderas creando un vaivén en su polla contra mi mano. No me atrevo a moverme más, es un lugar público y la sala no tiene puerta, solo una escasa tela a medio correr, me fijo enfocando mi vista y tras la tela se ve el contorno de una mujer.-Tendremos que ser discretos-

Me concentro en la invasión que esta sufriendo mi vagina y muevo mis caderas desesperada por rozar el clítoris con el pliegue del bañador o la piedra, me da igual lo que sea necesito calmar la excitación o propiciar que se desencadene el orgasmo. Mi respiración entrecortada y mis caderas bamboleantes al son de sus dedos provocan en mi Adonis una respuesta dura y efectiva. Se agacha hasta mi cuello donde le oigo su también agitada respiración. Y mientras me muerde la clavícula con sus dedos penetra fuerte dentro de mí, mueve el dedo gordo de la misma mano y se hunde en mi ano.Aashgghh!!!! me convulsiono contra la piedra mientras me recorre con orgasmo desde el mismo centro de mi ser hasta la punta de los pies. Estos son mejores, los que son como una descarga electrica que tensiona cada músculo hasta salir por la punta de tus dedos dejando chiribitas. Gruño y me debato por no dejar escapar los gemidos de mi boca mientras instintivamente aprieto con fuerza su verga dura y mis paredes vaginales. Resopla en mi cuello, lame el punto que mordió y me dice.

-Creo que hemos terminado Diana, es la hora, relájate un momento y ten cuidado al incorporate- desliza sus dedos fuera de mi y aparta mi mano de su pene que sigue aferrada con fuerza.

Resoplo y voy controlando mi respiración y mi cuerpo. Me calmo lo suficiente para sentarme todavía mareada y medio aturdida. Detrás mía Guillermo me indica que me esta tapando con una toalla para que pueda vestirme.

-Vestirme? A sí el bañador.- el bañador no me importa en absoluto pero es cierto que la habitación empieza a llenarse con más gente del siguiente turno que esperan a que nos vayamos. Como puedo me lo coloco, todavía muy aturdida y las extremidades no responden correctamente, en mi mano todavía siento la presencia fantasma de su miembro duro. Por fin le miro, se acerca a mí y en susurros otra vez, malditos susurros como me ponen,me dice.

-Un placer Diana, pero tienes que salir- noto en su voz un temblor que me excita otra vez.

-El placer ha sido mío- me levanto todavía temblando le doy la mano a mi prima y salimos como podemos hacia las piscinas.

No voy a extenderme en lo que pasó en las piscinas, solo imaginad a dos maduras sobreexcitadas, medio en pelotas con un ataque de cachondez que no podían con él. ...