Atada, expuesta y dominada VII Fin - Relatos Eróticos

Atada, expuesta y dominada VII Fin

... especial, le llamo el bañador de las caderas, es minúsculo en el culo y el corte de la cadera llega más arriba de la cintura, marcando y dejando ver toda la forma de reloj de arena de mi cuerpo, pecata minuta. Así que sus manos no tienen la resistencia de ninguna tela cuando las mueve desde ambos cachetes del culo hasta más allá de mi cintura dejando a su paso una ardiente estela por todo mi culo.Aaagghh. Después el agua caliente termina por rematarme y cuando acaba para llevarnos a otra estancia soy incapaz de hilar un solo pensamiento coherente y mi cuerpo se mueve ingravido e inseguro. Miro a mi lado y mi prima esta intentando tambien recomponerse del placer que ha sufrido, en su caso a manos de un negro increiblemente guapo y musculoso. Mientras nos conducen por un pasillo pongo mi mano en las paredes para no caerme, es tal la debilidad que siento que no puedo andar en línea recta, Guillermo ha debido darse cuenta y me dirige con una mano en la parte baja de mi espalda. Al llegar a unas escaleras de piedra vacilo incapaz de subir, y con sus enormes manos rodea mis caderas y me empuja para ascender hasta el otro habitáculo que nos espera.

En la sala hay unas chicas también ataviadas de forma especial, con unas túnicas muy sugerentes. Mi prima y yo nos miramos, hemos pensado lo mismo, par de golfas.-Seguro que son ellas las encargadas del masaje y nos dejan nuestros Adonis, Ummmm que pena- para nuestra satisfacción y regocijo las chicas se van y nos colocan en otras camas similares de piedras nuestros musculosos chicos. Se acerca a mi oído y me pregunta en qué zona quiero el masaje. Trago saliva -Me he levantado con una contractura en la espalda. Si puedes hacer algo? Te lo agradecería- me contesta con su aliento en mi cuello-Entonces solo la espalda Diana?-. Analizo las posibilidades rápidamente en mi mente lujuriosa-No, no, todo el cuerpo por favor- no me voy a quedar sin sentir esas manos por mi culo ni de coña.

Antes de ponerse manos a la obra me pregunta si quiero el masaje suave o fuerte.-Fuerte!!!!- grito sin contemplaciones a la vez que oigo lo mismo de boca de mi prima.-Golfa, te gusta dar pero no te lo vas a perder…-

El masaje es todo lo que me esperaba o más, realmente este hombre sabe lo que se hace. Me vuelvo gelatina en sus manos, mi vagina rezuma jugos sin parar, lubricándose a la expectativa. Me pide que me baje el bañador hasta la cintura, con lo escueto que es prácticamente me quedo con un hilo pasando por la raja del culo y un poco de tela enrollada en la parte baja de las costillas. Estoy en el séptimo cielo hasta que sus dedos se meten más allá de la tela llegando a mis labios externos, me produce un escalofrío y me muevo instintivamente abriendo un poco más las piernas. No pierde el tiempo y un dedo se introduce dentro de mí, aguanto el embite acallando un gemido que quiere escapar de mi boca. Miro a la izquierda a mi prima que tiene cara de extasiada, nos hacemos una seña con los ojos, asiento, los cierro y me ...