1. Me compadecí de un esclavo sexual


    Fecha: 28/03/2019, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... llenó la boca con una polla corta y erguida: un tamaño ideal para una mamada. Observé atentamente como los labios de un chico convertido en una puta afeitada trabajaban esa erección desnuda hasta llegar a un orgasmo tan palpitante que salpicaba semen sobre su barbilla.
    
    A lo largo de la noche, este sistema continuó como un patrón regularizado, pero ajustaron la cabeza del chico y no se permitió tocarla con las manos a nadie más. El chico perro terrier chupó a docenas de hombres, y fue follado por muchos más. Llegaron de todas las edades, de todos los colores y de todos los tamaños; a ningún hombre se le negó el acceso a sus agujeros o a su boca. Lo tocaron donde quisieron, lo usaron con abandono y desprecio. Salpicaduras de líquido blanco nacarado cubrían su piel, su ropa de látex y rezumaban de esperma. Parecía una puta de semen y una puta codiciosa de película porno. Pero a él se le veía que estaba encantado.
    
    Un bruto musculoso, tatuado con imágenes sexuales agresivas, jugó con la polla del chico atado cuando empujó violentamente su propio monstruo enorme dentro de la resbaladiza abertura anal. El marica retorciéndose gritó y rogó por una liberación mientras el monstruo lo follaba bestialmente golpeándole contra su puta próstata. Pensé que la súplica sumisa iba al orgasmo cuando la presión y agarre sobre su palpitante polla disminuía y fue reemplazada por una bofetada feroz en su abdomen. Una burla cruel de uno de los anfitriones.
    
    Toqué al atado sumiso en medio de las cogidas para lubricarlo generosamente una y otra vez; él siempre se sacudía mientras yo rociaba el líquido frío dentro y alrededor de su agujero estirado. Cada vez que le ponía un delicado beso en las bolas antes de retirarme para seguir viendo el espectáculo, me daba las gracias.
    
    Con la noche llegando a su fin, me acerqué al esclavo que ya estaba desesperado. Me acerqué a él y le besé suavemente en los labios, tomando el sabroso sabor de los múltiples depósitos de semen que salpicaban su cara y tuvo fuerza de sonreírme.
    
    Mi mano trazó su torso, frotando su suave ropa de látex y tocando su pene glabro. Se hinchó en mis manos mientras nuestras lenguas se masajeaban y exploraban. Respiraba pesadamente mientras mis dedos golpeaban su verga hinchada, babosa por el pre-cum que emergía lentamente por su meato. Agarré la base de su polla y le ordeñé del líquido transparente.
    
    Gruñó mientras yo estaba a su alrededor, sin dejar mi contacto con su piel. Podía oír los inconfundibles ruidos de un joven que enfilaba su polla contra otra puta a sólo unos metros de nosotros. La orgía estaba disminuyendo, había más voyeurs que exhibicionistas, ya que muchos de los invitados estaban agotados.
    
    Este esclavo no había llegado al clímax; cuatro horas de dar los orgasmos a otros, y no había llegado a la cima. Coloqué mis manos a cada lado de su cintura y bajé suavemente mis labios para chupar la punta de su pene tumescente.
    
    Jadeó mientras mi lengua se tragaba el salado pre-cum que ...
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