1. Mi nuevo papá


    Fecha: 14/09/2019, Categorías: Transexuales Autor: lamascota, Fuente: SexoSinTabues30

    ... puramente negro, casi obscenamente negro esta no era una piel afroamericana, no, este era el color de un africano de verdad.
    
    ¿Por qué estaba comparando a este hombre con Aiyden? Como si fueran dos caballos sementales de sangre pura que compitieran para preñar a una yegua en celo?
    
    Nos quedamos mirándonos una eternidad y pude sentir como sus manos que me acariciaban un suavemente, una en el hombro y la otra peligrosamente cerca de mi gordo culo.
    
    El aroma de su loción me estaba intoxicando pero más que eso era el aroma a su sudor que era más fuerte el que me mareaba, un aroma salvaje y fuerte, el aroma de su almizcle, el aroma de un macho de verdad…
    
    Y sin saber por qué lo hice hundí mi rostro en su enorme y fuerte pecho y comencé a llorar como si el golpe de verdad me hubiese lastimado.
    
    “Ya, ya, pequeña niña, ya todo está bien deja que el viejo Darius te cuide, anda vamos a casa a que puedas descansar, no dejare que te pase nada mi pequeña niña linda”
    
    Y aunque sabía que solo estaba tratando de calmarme le creí, le creí que iríamos a casa y que él me mimaría y cuidaría hasta que todo estuviera bien de nuevo, le creí todo.
    
    Y mientras me dejaba en el asiento del copiloto de su Maserati negro (hasta ahorita había puesto atención al auto que me había atropellado) mi mente trataba de darme señales de alarma señales que ignore mientras seguía llorando y gimiendo como una niña pequeña.
    
    “Darius”, ¿dónde había escuchado ese nombre antes? ¿Y por qué parecía que era importante? “Darius” repetí mentalmente el nombre y me supo a miel… Sr. Darius, llamarlo señor me parecía lo más correcto, lo adecuado.
    
    Estaba a punto de descubrir el misterio de mi nerviosismo por escuchar su nombre cuando el Sr. Darius se sentó detrás del volante y me sonrió.
    
    “Puse tu bicicleta en el maletero, no es muy grande pero tu bicicleta es pequeña, una bici linda y pequeña para una niña linda y pequeña ¿verdad?”
    
    Y la alarma en mi cabeza se apagó del todo dejando el misterio sin resolver, pues en lo único que pude pensar es en lo poderoso y enorme que era este hombre y en lo pequeño y delicado que era yo.
    
    El Sr. Darius se inclinó hacia mí… no retrocedí, quería estar cerca de él, y tomando el cinturón de seguridad lo arrastro sobre todo mi pecho hasta mi cintura y se detuvo a acariciar mis gruesos muslos unos segundos más de lo estrictamente necesario y entonces por fin cerro el seguro.
    
    Un escalofrió recorrió mi espina dorsal y aun cuan tenía ligeros raspones por todo mi pequeño cuerpo y mi muñeca dolía, mi micro pene estaba de nuevo totalmente erecto.
    
    “Ya no llores princesa, pronto estrás bien, déjamelo todo a mi”
    
    Por segunda vez en el día un hombre negro me tomaba de la barbilla para verlo a los ojos y acariciaba mis mejillas limpiándolas de mis lágrimas.
    
    “Sonríe para mí, mi pequeño conejito” Dijo señalando con sus increíbles ojos dorados el conejito de mi sudadera.
    
    Y le sonreí.
    
    “Asi está mejor, una hermosa hembrita como tú no debe ...