Cena de chicas: Despedida de soltera-Llegada(17) - Relatos Eróticos

Cena de chicas: Despedida de soltera-Llegada(17)

... J comenzó a fustigar los traseros de las chicas que a cada golpe se iban marcando más y más dejando las huellas de la vara perfectamente definidas. Las chicas contaban los golpes; sus gritos desde el golpe 20 al 30 fueron muy largos y desgarradores, pero a partir del 40 comenzaron a bajar la intensidad, motivo por el que J dejó de azotarlas para volver a ponerse ante ellas y decirles “Ya estais mas calientes”. J observó los rostros de sufrimiento, sus ojos estaban llorosos y sus cuerpos brillaban a la luz de la luna empapados por el sudor.

J volvio a entrar en la habitación y dirigiéndose a Brenda le dijo “Venga Puta vamos a cenar”. Tras un par de horas J y Brenda volvieron al apartamento. Brenda venía a gatas detrás de su Amo, la había traído así desde el restaurante y tenía las medias rotas y las rodillas doloridas de andar por los duros adoquines. Cuando llegaron la dejo incorporarse diciéndole “Metete en la ducha que no me gustan las putas sucias” Brenda se metió en la bañera y J abrió el grifo de la ducha dejando caer el agua helada sobre su cuerpo mientras decía “El frío es bueno para la piel”. Una vez lavada le indicó que llenará dos cubos de agua que había visto en un armario dedicado a los útiles de limpieza. Una vez llenos la hizo llevarlos aún sin haberse secado el cuerpo al patio para arrojar cada uno de ellos sobre una de las mujeres que tenía allí colgadas a lo que sólo añadió “Que paseis una buena noches”.

Luego una vez dentro dijo a Brenda “Ahora tu Puta prepárame un baño bien caliente”. Brenda tiritaba por el efecto de su corta salida al patio mojada como estaba pero se había excitado al oír los gritos de sus compañeras al haber recibido los cubos de agua y pensar la noche que les esperaba. Así entre temblores de frío y de placer procedió a preparar la bañera a su Amo con todo cuidado. Una vez J comenzó el baño ella se quedó ocupándose de su bienestar hasta que decidió salir.

J se dirigió al dormitorio indicando a Brenda que le siguiera. La puso a cuatro patas y vio como su culo se abría para dejar ver el rojo cristal del plug que todavía tenía insertado. Pensó en retirarlo para taladrarlo, pero no era el momento. Mirando las duras nalgas le atizo con la mano abierta en cada una de ellas. Pudo ver cómo la dura carne vibraba y agarrando el miembro que estaba duro como el hielo lo insertó en su raja. Era una delicia sentir como penetraba entre el calor y la humedad de su vagina, una vagina que presionaba el capullo provocándome una sensación indescriptible. Comenzó a bombear viendo cómo las chicas trataban de observar desde el patio el goce de su compañera. El placer se denotaba en su cara y no cesaban sus jadeos cuando le pidió permiso para correrse. J se lo dio a la vez que sacaba la polla de su húmedo coño. El cuerpo de Brenda tembló, vibró con fuertes espasmos a lo que siguió un abundante derrame de los jugos que tenía aprisionados hace días. Tuvo que levantar la cabeza para coger aire entre jadeos al sentir que se ...