1. Fantasía de secuestro


    Fecha: 01/05/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: abofeteado, Fuente: CuentoRelatos

    ... grandes bragas de mi boca y arrojó un puñado de comida para perros sobre su mano enguantada de goma. Era una masa de pate para perros. A lo mejor estaba deliciosa pero era repugnante su aspecto.
    
    -No pienso comer eso – La dije negándome a probar aquella comida de perros. Algo que no debí de decir ya que la enojó mucho.
    
    -Oh sí, claro que vas a comer toda la lata. O lo haces por las buenas como un buen perro o será por las malas y te aseguro que no te va a gustar. Te haré tragar toda la lata y después agarraré de nuevo mi látigo. Tú decides – Me recriminó.
    
    No tenía la menor intención de probar y comer aquella repugnante comida para perros. Así que continué negándome, insistí en mi rebeldía. Cuando acercó su guante de goma negro a mi boca, aparté la cara hacia otro lado. Aquel gesto enfado mucho más aún a mi captora. Dio un suspiro y de forma abrupta acercó de nuevo su guante de goma a mi boca y esta vez utilizando la fuerza bruta introdujo la comida dentro de mi boca. Me tapó la boca con su mano enguantada para que no pudiese escupirla.
    
    -Traga estúpido, vas a lamentar haber vuelto a desobedecerme, no aprendes – Me dijo con tono furioso.
    
    No tuve más remedio que tragar aquella repugnante comida, ella volvió a repetir el proceso, volvió a volcar más comida sobre su mano y de forma bruta la introdujo en mi boca. Mi boca se llenó de aquella comida de perros y ella seguía llenándola más y más introduciendo sus dedos dentro de mi boca. Era muy difícil masticar y tragar con tanta comida en la boca, comenzó a forzar con sus dedos la comida hacia mi garganta para que tragara. Comencé a tener nauseas pero a ella no la importó continuó introduciendo más comida y forzarla al interior de mi garganta para que la tragase.
    
    Tras unos angustiosos minutos, terminé de comer la lata de comida para perros. Mi captora se dirigió de nuevo hacia el armario y agarró otra lata más. Volvió a dirigirse hacia mí.
    
    -Te lo advertí, por las malas sería mucho peor. Ahora vas a tragar todas las latas que a mí me plazca. Eres un estúpido desobediente. Te dejé bien claro en el contrato que comerías lo que yo te ofreciese. En la próxima comida no voy a ser tan benévola, vas a comer algo mucho peor recién salido de mi cuerpo, y te prometo que lo tragaras. Te arrepentirás de haberme desobedecido. Ya puedes llorar lo que quieras, porqué lo haré te lo prometo -Había aprendido que si la señora prometía algo siempre lo cumplía. Había entendido perfectamente a lo que se refería en la próxima comida y estaba seguro de que lo iba a hacer, ya no había vuelta atrás.
    
    -Ahora, más vale que te estés quieto y seas obediente tragando todo, porque cuando termine te azotaré con mi látigo como te prometí si desobedecías, de ti depende el número de latigazos que recibirás. – Me dijo furiosa.
    
    Fueron unos minutos muy angustiosos. No paraba de introducir su guante de goma dentro de mi boca con más y más comida para perros. Me obligaba a comer una y otra vez Introducía su guante en mi ...
«12...101112...»