Haciéndola Mía Final - Relatos Eróticos

Haciéndola Mía Final

Haciéndola mía -Último capítulo (Recomiendo leer capítulos anteriores)

Por último, como no podía ser de otro modo dejé la relación con mi pareja. En ningún momento le comenté la relación que mantenía con su hija, Maria, una relación que había surgido de forma accidental pero que se fue reforzando por la necesidad de querer dominar a aquella criatura insolente y malcriada. Ahora, la hija estaba totalmente abducida, sólo esperaba que me comunicara con ella para ordenarle cualquier animalada que se me ocurriera.

(Ella)

A pesar de los 34 años tengo una apariencia joven, algunos me ponen 25; podría decir que hasta ahora he vivido sin problemas y ciertamente en ocasiones incluso me he aprovechado de las circunstancias, no demasiadas responsabilidades y viviendo al día a día sin preocuparme de mi futuro y menos de mi autonomía. Hace un año dejé a mi novio y ahora estoy viviendo con mi madre. En casa conocí al que fué la pareja de mi madre, Pau.

Yo iba a la mía aunque ellos insistían para que colaborara con los trabajos de casa, yo la verdad es que pasaba de todo.

Las cosas cambiaron a raíz del chantaje que me hizo Pau (ver capítulos anteriores) Desde ese momento mi yo sufrió una metamorfosis absoluta. Mi sometimiento a Pau fue en principio forzado por la amenaza del chantaje pero una vez pude experimentar su poder y sus fantasías, caí en su telaraña y ya no pude liberarme. Las circunstancias llevaron a que Pau dejara a mi madre, ahora él vivía en su casa y yo seguía viviendo con mi madre. Acostumbrada a verlo todos los días, anhelaba para que llegara el fin de semana para someterme a su voluntad. Yo trabajaba desde casa y el viernes por la tarde me escribió un whatsApp explicando qué planes tenía para mí.

Era pleno invierno, viernes por la noche, cogí el tren, siguiendo sus instrucciones llevaba sólo el abrigo y totalmente desnuda por dentro, pasé todo el viaje mirando a ambos lados por miedo a que alguien se diera cuenta. Llegué al destino y me dirigí a la dirección que él me había indicado. Estaba en un barrio desconocido y oscuro, había llegado un poco temprano y empecé a ponerme nerviosa. Unos minutos más tarde las luces de un vehículo me deslumbraron, la furgoneta paró a mi lado. La mujer que lo conducía me dijo por mi nombre y a continuación me invitó a subir. En ese momento recibí un mensaje de Pau.

-Relajate y disfruta del paseo ¡¡

Luego la chica me ordenó pasar a la parte de detrás. La cabina era espaciosa y estaba completamente vacía, tan sólo una manta en el suelo. A pesar la calefacción hacía frío, la mujer paró la furgoneta y pasó detrás conmigo.

Me mimó la cara, - hola hermosa, y ya no dijo nada más.

Me dejé tapar los ojos y luego me quitó el abrigo, me estiró encima de la manta, el frío hizo presa de mí, ese frío se hacía aún más evidente en los pezones pero sobre todo en mi coño que como no podía ser de otra forma ya estaba húmedo y este hecho me diluía las dudas de si continuar o no, todavía estaba a tiempo ...