Agua y mezcal - Relatos Eróticos

Agua y mezcal

AGUA Y MEZCAL

Con un portazo Rita salió de casa dando por terminada la enésima discusión con Elías. Ella, una mujer independiente y con mentalidad muy liberal, estaba harta de un marido gruñón, doce años mayor que ella, que había envejecido de muy mala manera. Si bien era cierto que mantenía su atractivo físico su carácter se había vuelto demasiado huraño.

Lejos quedaban los inicios de su relación donde cayó rendida a los encantos de aquel tipo grande, fuerte y tremendamente atractivo, ex jugador de balonmano. Recién llegada de USA, donde había cursado sus estudios desde el instituto hasta terminar una ingeniería, Rita conoció a su marido por mediación de un amigo de su padre.

La mujer siempre se había sentido atraída por los hombres mayores. En sus años universitarios había mantenido una relación con un profesor veinte años mayor. Un tipo divorciado dos veces y padre de 5 hijos, el mayor de la misma edad que ella. El tipo tenía una personalidad arrolladora y un carisma irresistible. Durante tres años Rita y Pete vivieron un noviazgo muy ardiente donde el sexo lo impregnaba todo. Dos personas con un gusto por la sexualidad casi desmedido. Pero la relación se terminó al mismo tiempo que la carrera de Rita. Un día después de su graduación Pete le anunció que lo tenían que dejar. Sin más explicaciones Rita quedó perpleja. Con una titulación bajo el brazo y el corazón hecho pedazos la mejor salida era volver a su España natal.

Una vez aquí se tuvo que adaptar a una vida y una mentalidad tan diferente a la estadounidense. Volver a hacer un círculo de amigos le resultó algo difícil. A sus veintiséis años, y aun siendo muy extrovertida, su vida social era bastante limitada. Fue por eso que conoció a Elías. Un amigo de su padre que la enamoró de inmediato. Ex jugador del equipo local de balonmano seguía vinculado al club y mantenía intacta su popularidad en la ciudad.

Distintos actos sociales y fiestas sirvieron de excusa para que la pareja se fuera acercando hasta terminar en noviazgo primero y matrimonio dos años después. Apenas un año más tarde nacía Ricard, el hijo de la pareja.

Pero los años habían pasado de diferente manera para la pareja. A sus cuarenta y ocho años, Elías se había convertido en un "señor muy mayor", un tipo conservador y moralista que hacía de las relaciones sexuales algo aburrido y rutinario. Todo lo contrario que Rita necesitaba.

Desde su adolescencia, su vida sexual había sido una constante búsqueda de experiencias morbosas y placenteras. El morbo la había llevado a mantener sexo con amigos y compañeros de clase. Todo tipo de prácticas sexuales le producían un placer indescriptible. Había tenido sexo en grupo, interracial e incluso alguna relación bisexual. Algo impensable con su marido que desde el principio le dejó claro que aquello no le gustaba. Esto había hecho que Rita se alejase de sus prácticas sembrando la semilla de una futura frustración.

Con treinta y seis años, la falta de emociones sexuales ...