UNA BROMA EXCITANTE - Relatos Eróticos

UNA BROMA EXCITANTE

... enseguida que el jueves yo había contratado un tour a unas islas cercanas, e iba a ir solo porque a mi esposa no le gustan las embarcaciones pequeñas.

Como en los últimos años había deseado ver a otro cogiéndose a mi mujer, esta parecía la oportunidad ideal. Al día siguiente me puse en contacto con los del tour y cancele el paseo pero no le dije nada a mi esposa.

El jueves me levante a eso de las siete y media me aliste para salir como si fuera a ir al tour y cuando ya estaba próximo a salir mi esposa se entro a bañar, seguro para estar lista para cuando llegara Rubén. Me despedí y simule salir, pero solo hice sonar la puerta y me devolví, como ella estaba en el baño camine directo a la habitación contigua y me escondí en el closet que se encontraba desocupado y espere a ver que acontecía.

Muy en punto de la hora acordada estaba tocando la puerta Rubén y mi esposa fue a abrir, el entro y cerraron, enseguida mi esposa le pregunto al joven si sabia para que lo había llamada, él le dijo… no exactamente.

Bueno pues el señor que estaba conmigo no es mi hermano sino mi esposo él se fue de tour y le ha dicho a usted que me gustan los hombres de color, en el fondo eso es cierto, pero yo no le dije a él nada de eso. Pero ahora le confieso que quiero estar con usted durante el tiempo que tenga libre hasta antes que entre a trabajar.

He alistado estas dos botellitas de licor para calentarnos le parece?

Si claro Inés está bien.

Desde mi escondite escuchaba lo que sucedía pero no veía nada.

De pronto empecé a escuchar sonidos propios de besos y luego unas pisadas que se dirigieron precisamente a la habitación en que yo estaba, donde una cama semidoble paso a ser el nido de amor para mi esposa y Rubén.

Poco a poco se fueron desnudando, todo esto si lo pude ver en directo gracias a las persianas del closet y cuando finalmente quedaron en almendra empezaron las caricias de parte de Rubén hacia ella, primero chupándole los senos, luego bajo a su sexo y con su lengua le hizo maravillas, mi mujer se retorcía de placer y gemía con cada mimo de la lengua de Rubén. Pasando el tiempo pude ver cómo le fue creciendo la verga al joven galán de mi esposa.

Era un tamaño muy superior al mio en lo largo y grueso. Ella desconocía lo que estaba pasando a pocos centímetros de su vagina.

Solo se pudo dar cuenta cuando el negro le pidió que le diera una mamada, en ese instante abrió unos ojos de tamaño descomunal y atino a decirle… Rubén estas muy bien dotado, muy superior al de mi marido, si él lo viera le daría envidia. Y efectivamente ella tenía razón.

Desde luego que la mamada que le pudo dar al negro solo fue un remedo, apenas ligeros recorridos por su verga con su lengua y unos chupones en la cabeza del glande de Rubén. Así que pasaron a la siguiente fase. Mi mujer se acostó en la cama y separando las piernas invito a Rubén y el con mucha delicadeza se acomodo en medio de las piernas de ella y lentamente fue bajando su cuerpo hasta que su ...