UNA BROMA EXCITANTE - Relatos Eróticos

UNA BROMA EXCITANTE

Recientemente, al finalizar el año anterior, nos fuimos de vacaciones con mi esposa a una isla del Caribe aprovechando unos pasajes de avión junto con la estadía en un hotel de primera, que ella había ganado en una rifa.

Por aquellos días nuestra relación estaba bastante mal y nuestra intimidad peor así que solo por no perder el dinero decidimos viajar.

Como el ambiente no era el mejor decidí hacer cualquier cosa para pasar el tiempo y en el segundo día, estábamos almorzando y el joven que nos atendía era un moreno alto de ojos verdes, de buena presencia y a mi esposa se le ocurrió saber su nacionalidad porque su acento era diferente a los de la isla, y repetidas veces decía, este joven no es de aquí, tanta fue su intensidad que decidí jugarle una broma cuando se acercara el muchacho.

Así fue que cuando nos trajo la cuenta para firmarla le dije… mi esposa está muy interesada en saber dos cosas: una de qué país es usted y dos cuál es su número de celular. Tal fue la sorpresa de ella que no dijo nada, el joven muy formal le indico de que país era y agrego ahora le traigo mi tarjeta con el numero de celular.

Cuando el joven se retiro mi esposa me dijo… no me pareció gracioso lo que hiciste con este joven, le respondí que como era tanta su inquietud de saber de qué país era imagine que le gustaba bastante y seria bueno que tuviera el numero de su celular.

Ella enojada se levanto al baño cuando el muchacho volvió para recoger la cuenta trajo la tarjeta con su nombre y número de su celular preguntándome por la señora. Le dije… déjemela yo le entrego su tarjeta a mi hermana muchas gracias, de paso le cuento que a ella le atrae mucho su físico porque le gustan los hombres del Caribe. El sonrió y se retiro.

Cuando mi esposa regreso le entregue la tarjeta, y le mencione que le había dicho al joven que tú eras mi hermana, y abonando el terreno agregue que te atraen mucho los hombres de color.

Ella se levanto y se fue a la habitación y yo la seguí riéndome internamente de la broma sin imaginar lo que sucedería un par de días después.

Esa tarde, vi a mi esposa muy entretenida con su celular escribiendo, algo que no es muy común en ella, por eso me llamo la atención y en la noche cuando se durmió, tome su celular que no tiene clave, y fácilmente accedí a sus mensajes.

Como tenía en mente el nombre del muchacho que nos había atendido en el comedor, fui directo a ver qué mensajes había y encontré lo siguiente:

Hola Rubén, soy Inés la señora a la que le envió la tarjeta.

Hola señora Inés

No me diga señora, dime Inés

Ok, Inés en que le puedo colaborar?

Cuénteme cual es su horario de trabajo con el hotel?

Yo trabajo desde las once de la mañana hasta las seis de la tarde.

Y el próximo jueves que va a hacer en la mañana antes de entrar a trabajar?

No tengo ningún compromiso. Porque?

Puedes venir el jueves a las ocho y media de la mañana?

Claro Inés con mucho gusto.

Ok lo espero, hasta pronto.

Recordé ...