Mi Jefa Dominante 02 - Relatos Eróticos

Mi Jefa Dominante 02

... la jefa mientras acariciaba los senos de su nueva mascota y rozaba con su dedo índice los pezones rosados y duros de Esmeralda.

-- Yo seré lo que usted ordene Ama -- apenas pudo suzurrar ante las caricias.

-- Me encantas perra y yo sé que yo a ti, nos vamos a divertir mucho!! Estoy tan caliente!!! Pero tenemos trabajo que hacer, besa mis zapatillas y vámonos a la reunión.

La sumisa se tomó unos segundos para procesar lo que acababa de escuchar. Con el tono tan normal que usó su nueva Ama casi ni se da cuenta que le pidió humillarse ante ella y besar su calzado; sin embargo, ése tipo de trato y estar en posición de dominada era lo que volvía loca a la mujer. Esmeralda tomó la zapatilla derecha de Karo con sus dos manos para besar la punta y fue detenida.

-- Sin manos -- demandó la chica bajando sus pies al suelo.

-- Si mi Ama.

Esmeralda colocó las palmas de sus manos en el piso y bajó su cabeza hasta las zapatillas de su Dueña y besó tiernamente la punta de cada una de manera tierna para luego levantarse hasta la posición de rodillas de nuevo y mantuvo baja la cabeza sonrojada. Karolina satisfecha con la señal de humillación sintió una explosión en sus labios vaginales pero aguantó las ganas de tener sexo y se puso de pie ante su nueva sumisa. Esmeralda levantó la cabeza ante la imponente presencia de su Jefa a solo centímetros de ella, quien con las manos en la cintura fue clara:

-- En privado serás mi perrita obediente y fiel, mi juguete y haré contigo lo que me plazca, pero en público quiero que seas un tiburón implacable defendiendo mis intereses, entendido Esmeralda?

-- Si mi Ama, seré la mejor solo para usted.

-- Bien, ahora siente lo que causas en mi y si eres buena perrita más tarde podrás comerme.

La elegante jovencita tomó la cabeza de la mujer arrodillada y la undió en su entrepierna dejando que sintiera sobre la ropa el calor y el aroma a sexo que despedía por la exitación. Esme disfruto cada jalón y cada apretujón contra la vagina de la que en ese momento se convirtió en su Diosa absoluta.

-- Mi Ama, déjame chupar su concha y darle placer, se lo suplico... -- rogó de manera desesperada.

-- Aquí se hace lo que yo ordenó, cuando yo lo ordeno, entendido perra?

-- Si Ama, perdone a esta sumisa atrevida... Pero me exitas tanto... Soy tuya... -- deliraba mientras lamía el pantalón de su jefa a la altura de la vagina.

-- Dime qué harías por mi perrita? -- apretaba más fuerte la cabeza de su sumisa contra su entrepierna.

-- Lo que sea, lo que mandes haré Ama... Estoy perdida ante ti -- apenas se entendió lo que dijo al estar su boca pegada al cuerpo de Karolina.

-- Bien! Así me gusta. Ahora levántate que tenemos una reunión muy importante.

Las dos mujeres estaban exitadas pero si algo tenían en común era poder separar el negocio del placer. Si hubiesen sido hombres les hubieran explotado las bolas al exitarse tanto pero parar de golpe. Arreglaron sus ropas y prepararon sus bolsos para avisar ...