El infierno de la señora margot. cap 1 - Relatos Eróticos

El infierno de la señora margot. cap 1

... pendientes e incluso vajilla. No sospechaban del repartidor, aquel joven tan amable y dispuesto a ayudar. No me conformé con pequeños objetos y tan solo pequeñas cantidades. Empecé a inspeccionar las casas mientras repartía la compra. Me fijaba si había objetos de valor y buscaba para encontrar puntos débiles para más tarde regresar y robar aquello valioso que poseían. Por ejemplo, había una pareja de ancianos muy agradables que descubrí que su mujer tenía colgantes de oro y ninguna medida de seguridad en su casa. Esa misma noche me colé y me llevé todos sus objetos valiosos, no decir que obtuve una gran cantidad de dinero al venderlos en el mercado negro. Era el mejor trabajo de toda mi vida. Comencé a vivir con dinero fácil para gastar en cuanto quisiera y deseara. Sacaba mucho dinero por cada objeto robado.

Si, una persona detestable, ya lo advertí al principio del relato. Robar ya de por sí no es honrado, pero mucho menos a personas mayores, ancianos…. Desvalidos .Personas que no se pueden defender…pero a mí me daba igual, ganaba mucho dinero y no me importaban aquellas personas. Era un joven detestable y sin vergüenza que se merecía lo peor. Un verdadero cretino que robaba a personas mayores sus recuerdos sentimentales y objetos valiosos.

El día importante de este relato fue cuando lleve por primera vez la compra a la señora Margot. Me presenté con mi pequeño carro con dos ruedas repleto de enseres de la tienda que había encargado por teléfono. Aquella mujer, aunque era mayor, era diferente al resto, noté una sensación diferente. Quizás por la vestimenta más elegante, sus modales, aspecto formidable y maquillada. Denotaba una fuerte personalidad diferente al resto de casas que visitaba.

¿Queréis saber como era la señora Margot? Especificando más en concreto una mujer de entre 60 y 70 años, dejémoslo intermedia. A primera vista corpulenta, un cuerpo grande, estatura normal y con muchos kilos. Rechoncha, carnosa, con gran volumen en su cintura y estómago. Vestida muy elegante con falda negra, camisa negra abotonada, medias oscuras, zapatos de tacón. Pelo muy corto rizado y negro como el carbón. Labios pintados de rojo, gafas gruesas de metal para visión. Cordialidad excelente, trataba muy educadamente y sonreía en cada palabra.

Adentré la compra en su casa y estuvimos hablando un largo rato. Me contó que era una mujer viuda, jubilada, se había dedicado junto a su difunto marido al arte y coleccionismo de objetos valiosos…. Joyas, objetos valiosos, cuadros… Aquello llamó por completo mi atención, era lo que deseaba oír. Saqué la mejor de mis sonrisas falsas y comencé a hacerla preguntas e indagar por la casa de un lado para otro. Vi cuadros valiosos, joyas, estanterías con vajillas de porcelana y una colección de relojes en otra vitrina. ¡¡ Aquella casa era lo que buscaba ¡¡. Robar en aquella casa me retiraría de trabajar, ganaría una gran fortuna si la desvalijaba. Me concentré y descubrí la forma de entrar en la casa para robar, ...