El infierno de la señora margot. cap 1 - Relatos Eróticos

El infierno de la señora margot. cap 1

CAPITULO I : EN LA GUARIDA DEL LOBO. PRESENTACIÓN

Supongamos que mi nombre es Jaime y la historia que os quiero y voy a relatar se basa en mi mismo. Sucedió hace tiempo y he de aclarar que aquella persona del pasado ya no tiene nada que ver con la persona presente. Hoy en día considero a mi yo pasado un joven detestable que realizó diversos hechos que nunca debí de haber realizado. Me quedo corto con el adjetivo detestable, habría un sinfín de descalificativos que podría utilizar para describirme. Aunque tal como he indicado y afortunadamente ya no soy el mismo, aprendí la lección por completo gracias a la protagonista de esta historia. Pronto entenderéis todo lo que sucedió y lo comprenderéis.

Conseguí un nuevo trabajo, bastante modesto. Trabajaba en la tienda del señor López. Una tienda de alimentación y otros enseres. Yo era el repartidor a domicilio, un trabajo muy sencillo. Llevaba la compra a domicilio a ciertas personas a sus hogares, no a todas, solo algunas en específico. El señor López ofreció a personas mayores llevar la compra a su casa sin ningún coste complementario. Realizaban su compra por teléfono y allí aparecía yo. Les quitaba la molestia de desplazarse y además no suponía coste alguno. El dueño de la tienda realizaba una gran labor con personas mayores y además se aseguraba su clientela, ambos salían ganando.

La zona no era muy grande pero numerosos clientes llamaban por teléfono, estaban encantados con el servicio a domicilio sin coste alguno, encargaban su compra y entonces era mi turno , el repartidor a domicilio. Llevaba solo dos días en el nuevo trabajo y ya estaba dispuesto a renunciar, era muy laborioso y pesado aquel trabajo. Cogía un sencillo carro con dos ruedas y tiraba de el hasta llevar la compra a una casa, normalmente a gente mayor o ancianos. Volvía de nuevo a la tienda y volvía a cargar el carro pequeño ,para ir de nuevo a otra casa a dejar la compra. Así una y otra vez. Había más de 30 repartos un día tranquilo y unos 50 de viernes a domingo. Estaba dispuesto a dejar el trabajo, mal pagado y muy cansado y laborioso tirando del carro todo el día de un lado a otro, pero sucedió algo que me hizo cambiar de idea.

Uno de mis múltiples repartos fue a una señora mayor muy amable, me invitó a pasar a su casa y dejé en la cocina toda su compra. Una vez terminé el reparto me encaminé a la puerta de salida mientras la señora guardaba sus alimentos en el frigorífico. En el pasillo había un recibidor y sobre el cristal un anillo grueso que parecía de oro, no contuve mi tentación y le agarré y lo arrojé a mi bolsillo. La robé una de sus joyas. Al día siguiente lo empeñé y conseguí mas dinero que en todo lo que ganaría en el mes en mi trabajo. Resultó ser un anillo de oro de gran calidad. Descubrí una gran oportunidad, podría conseguir objetos ajenos y valiosos sin ningún esfuerzo y ganar mucho dinero.

Pasaron varias semanas y robaba cuanto podía en las casas, pequeños objetos, ya fuesen anillos, pulseras, ...