1. El delicioso secreto de mi amiga.*


    Fecha: 30/03/2024, Categorías: Gays Lesbianas Autor: Vladimir escritor, Fuente: SexoSinTabues30

    ... darte por el culo, si?
    
    Casi gritando le dije que si.
    
    Dalia pasaba su trozo por mi culo, lubricando con mi liquido la entrada de mi ano.
    
    Luego de eso me dio un beso negro como pocas me han dado.
    
    Al metermelo. ¡Umm! Casi llego al mero extasis con el orgasmo que se me vino.
    
    Mientras Dalia seguía perforando mi esfinter con fuerza.
    
    Se agacho rodeando mi cintura con sus brazos. Gritando. ¡Ooohhh! Y de pronto sentía mis entrañas calientitas debido a su leche.
    
    Me tumbo boca arriba y volvió a devorar mi vagina. Ojalá tuvieras vulva para disfrutarte más. Le dije.
    
    Ahora Dalia sobre la cama y yo disfrutaba de sus pechos.
    
    Al sentir su aun erecta verga, volví a darle oral.
    
    Me giré para un 69, poniendo su falo en mis pechos y así intentar mamarlo.
    
    Maldita perra. Hizo que me corriera en su boca y yo apenas podía con su verga en la mia.
    
    Cambiamos de posición. Ella encima de mi, mirándome sonriente, en lo que yo lamia sus pezones.
    
    Puso mis piernas en sus hombros. Yo podía sentir más a fondo su carne.
    
    Mis jadeo, cada vez más fuertes y no era para menos. Esa hermosa trans me hacía vibrar de placer.
    
    Al bajar mis piernas, me hizo lo que se conoce como una rusa.
    
    Por último mis tijeras no podían faltar; solo que, esta vez seria de una forma muy distinta a la de costumbre.
    
    Me lleno la matriz de leche y antes que acabará me vine también.
    
    Electrizadas y agotadas, nos quedamos dormidas en la cama.
    
    Por la mañana nos metimos a bañar juntas, pero Dalia aún seguía con ganas.
    
    Por lo que me empotro contra la pared y volvió a penetrarme de lo lindo.
    
    No duramos mucho, pero como gozamos de ese último orgasmo, el cual nos agarró al mismo tiempo.
    
    Desayunadas y todo. No quería dejarla, quería seguir gozando con ella, aunque debía de ir a mi casa.
    
    Le pregunté como es que nadie nos dimos cuenta de su secreto.
    
    Ella respondió que sólo había algo que la delataba. Su pequeña manzana de Adán; ya que su falo lo acomodaba bien para que este no se viera.
    
    Me confesó que fue su primera vez con una mujer y evidentemente yo con un hombre. Jaja. ¡Que noche aquella!
    
    Sigo en contacto con ella, pero ahora cada quien con su pareja. Aun así cuando podemos, nos vamos de juerga.
    
    Vladimir escritor. 
«123»