1. El delicioso secreto de mi amiga.*


    Fecha: 30/03/2024, Categorías: Gays Lesbianas Autor: Vladimir escritor, Fuente: SexoSinTabues30

    Mi nombre es Claudia. Tengo 20 años cumplidos.
    
    Mido 1.70, cabello claro y largo, tez blanca, soy un poco gordita, pechos grandes, con un trasero mediano y redondo.
    
    Mis amigos saben que me encantan las mujeres. Por lo que no les extraña que intente conquistar a alguna chica.
    
    A la universidad y precisamente en mi salón, entro Dalia.
    
    Dalia tiene un cuerpazo. Piernas torneadas, delgada, pechos medianos, piel blanca, cabello negro hasta los hombros, una carita fina y preciosa.
    
    Tal vez estoy exagerando, pero así la veía.
    
    Varios chicos quisieron conquistarla, por lo que ahí entro yo.
    
    Como casi no hablaba con las otras compañeras, me ofrecí a ayudarle, mostrándole las instalaciones y así, poco a poco nos volvimos buenas amigas.
    
    No quería terminar mal con ella en cuanto a mis gustos, por lo que trataba de hablarle de chicos, de alguna aventura que me habían contado mis amigos, pero nada.
    
    Yo pensaba en que si era lesbiana igual que yo. Pero no me atreví a preguntar.
    
    La primera vez que me quede en su casa, quedé fascinada con sus pechos. Nada caídos y adornados, por unos pezones rosados. ¡Mmm! Como imagine aquella noche el poder saborearlos.
    
    Ella se dio cuenta y algo apenada, se fue a cambiar al baño. Malo. Porque me hubiera gustado verla desnuda.
    
    Deje pasar varios meses y Dalia no daba signos de algún gusto por chicos o chicas. Realmente me confundía.
    
    Aveces pensaba ¿no practicará el celibato? Eso sería un desperdicio, por tan hermoso cuerpo que tiene.
    
    Otra de las ocasiones en las cuales me quedé con ella en su casa. Pensaba en dar el paso definitivo.
    
    La suerte estaba a mi favor porque sus papás no llegarían esa noche.
    
    Comimos, bebimos unas cervezas y vimos unas películas.
    
    Luego de un rato, le sugerí ver una película xxx.
    
    Para mi sorpresa ella aceptó luego, luego.
    
    Puse una lesbica para ir calentando motores.
    
    Al término de esta. Dalia se veía algo sonrojada por tantas escenas cachondas.
    
    Me acerque y le pregunté si alguna vez había besado a alguna mujer.
    
    Ella me dijo que no.
    
    – Pues yo tengo mucha curiosidad.
    
    ¿Te gustaría intentarlo?
    
    Le dije:
    
    Dalia se quedo pensativa y en eso me puse frente a ella. Me acerque poco a poco, su perfume con aroma floral me hacía querer devorarla, pero por si acaso era su primera vez me contuve.
    
    La mire un poco para luego darle un tímido beso de piquito, luego otro, hasta que me anime a intentar besarla como se debe.
    
    Dalia solo abrió un poco sus labios para dar paso a mi beso francés, pero no correspondía.
    
    – No. Para. No esta bien. Perdona.
    
    – Perdoname tu. Lo que pasa es que me deje llevar. ¿No te gustó?
    
    – Esque no esta bien. Bueno. Voy a prepararme para dormir. Estas en tu casa.
    
    Algo que no mencione es que yo me quedaba en otra recamara, no dormíamos juntas.
    
    Lista y un tanto frustrada me fui a mi habitación.
    
    Me quite la ropa, quedando en brasier y mi cachetero, ambos blancos.
    
    Me acaraciaba como de costumbre, jugando con mi ...
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