1. El delicioso secreto de mi amiga.*


    Fecha: 30/03/2024, Categorías: Gays Lesbianas Autor: Vladimir escritor, Fuente: SexoSinTabues30

    ... clitoris e inconscientemente daba pequeños gemidos. La verdad estaba muy caliente.
    
    Dalia pregunto tocando la puerta si me encontraba bien.
    
    Le hice saber que si, pero aun así ella entró y con los ojos bien abiertos me contempló.
    
    – Entiendo que estés cachonda. No te culpo.
    
    – ¿Quedaste exitada por la peli?
    
    – La verdad si. Un poco.
    
    – ¡Entonces ven. Acuéstate conmigo!
    
    – Pero… Yo… No se. Te vas a asustar o algo peor y no quiero que se sepa nada de esto.
    
    – ¿Te he defraudado o dicho algo a alguien que te incomode? ¡Ven. Andale!
    
    – Yo no soy como tu crees.
    
    – Yo tampoco. Te diré algo al oído.
    
    – Estamos solas. Puedes decirlo.
    
    – No. Te lo diré al oído.
    
    Dalia apretó los labios y se me acerco.
    
    La tomé de su cara y la volví a besar.
    
    – Se que te gusta. Hazlo conmigo. Me gustas mucho.
    
    Le dije mirándola a los ojos.
    
    Ella bajó la mirada diciendo esta bien. Y me correspondió aquel beso que terminó siendo un beso apasionado, lesbico, tan cachondo como yo me sentía.
    
    Quise ponerme encima de Dalia, pero ella me sometió, para ir a chupar mis ardientes pezones, bajando a mis muslos los cuales besaba muy rico.
    
    Me quito la braga y mamaba mi vulva como una experta. ¡Uuufff, uuuyy!
    
    Tiraba de sus cabellos en señal de que no parara. Lentamente subió por mi ingle, hasta volver a mis pechos y de ahí, de nuevo a mi boca.
    
    Como pude le quite su camisón gris, para comer sus pechos. Tan duros, tan suaves al tacto con la piel y sus pezones erectos. Jamás había probado algo similar.
    
    Como estábamos hincadas sobre la cama, quise ir a probar su vagina, pero ella me detuvo y de golpe se levantó de la cama. Colocada de espaldas se quito su bóxer diciendo :
    
    – Este es mi secreto. Si no quieres seguir lo entenderé.
    
    Al voltearse tenía semejante verga, parada, venuda y algo grande.
    
    – ¡Eres chica trans! Exclame con suma sorpresa.
    
    Pero no pude evitar tanto morbo que fui y como en varias películas mamé su gruesa carne.
    
    – Solo ten cuidado con tus dientes.
    
    Llevando uno de mis dedos para mostrarme como debía de hacerlo.
    
    Realmente nunca había chupado una pija, pero mi deseo hacia Dalia era tal que no me importó que tuviera verga.
    
    Ya cuando aprendí a mamar, ella me acostó de nuevo en la cama, volvió a chupar mi chocho y llegó algo que tampoco había probado.
    
    Así es. Me penetro. Hasta ese día solo me había metido dildos y otros consoladores, pero jamas un pito.
    
    La calidez de su verga en mi, me hacían aullar como toda una perra en celo.
    
    Mis mamadas a sus pezones junto con aquello me hacia ir al cielo, o al infierno. El caso es que me sentía a mil por hora.
    
    Era como cuando una novia se puso un cinto con armaño y me clavó. ¡Oohh!
    
    Dalia se aparto de mi para ir a buscar un condón, cosa que le pedí que no. Pues ya me había metido tanto plástico que estaba dispuesta a tomar la pastilla del siguiente día.
    
    Luego de eso me puso en cuatro, frotando sus senos en mi espalda.
    
    – ¿Te puedo pedir un favor. Dejame ...