Disfrutando la esposa de un cornudo sumiso. - Relatos Eróticos

Disfrutando la esposa de un cornudo sumiso.

... rigor.

-Llama por teléfono a tu mujer y dile que venga.

-¿Ahora, estás seguro?

-Porque no?. Algún día hay que intentarlo y creo que ya está preparada, lo que tenga que ser será hoy.

Cogio el teléfono y llamo a su mujer.

-Hola cariño, que haces?.

-Aquí en casa, ¿Y tu?

-Hemos acabado de jugar al padel y estoy tomando una cerveza con Antonio. ¿Porque no vienes y te tomas algo con nosotros?.

-Puso algunas pegas, pero al final accedió.

Cuando llego nos quedamos boquiabiertos, Nada tenia que ver aquella mujer con la tendera que conocía.

-Joder, como se ha vestido, normalmente no viste asi.

-Ya te dijo Carlitos, creo que tu mujer tiene ganas.

-Hola guapísima. Me levante para saludarla.

Me tendió la mano para estrecharla, ignoré el gesto y le di dos besos en las mejillas mientras la cogía por la cintura apretaba firmemente mi mano su cintura, le susurre al oído: Eres preciosa. Se estremeció. Su cara era un poema, su nerviosismo era patente y sus mejillas se sonrojaron.

-Siéntate mujer, no te pongas nerviosa.

Con la cabeza gacha obedeció, poco a poco comenzamos a hablar y beber, seguíamos hablando de cosas sin importancia hasta que la note mas relajada y decidí comenzar el juego.

Me pegué bastante con la excusa de que el ruido del bar impedía que la escuchar bien. Llevaba una falda de vuelo a la altura de las rodillas, una camiseta blanca casi transparente con un sujetador de encaje albergando aquellos pechos firmes, un colgante de plata pegado a un precioso cuello y en el pelo largo y moreno sujeto con un coletero con forma de mariposa, era una mujer muy atractiva. Era difícil creer que esa mujer tuviera esos años, mi polla empezó a acelerarse imaginando que mi lengua recorría esos pechos y mis labios besando ese cuello.

Ya llevábamos 3 horas hablando, riendo y con bastantes cervezas encima. La conversación subía de tono y salió el tema de las mujeres atrevidas, como las chicas ya no eran como antes, como ahora son las mujeres las que buscan hombres para pasar el rato. Aproveché la oportunidad para decirle que estaba seguro que ella podría opacar a todas esas niñatas si se lo proponía. Que era mucho más atractiva que todas esas tontitas que solo buscan pagafantas.

-¡Pues gracias! Aunque solo lo dices de la boca para afuera y por cumplir.

-No puedo decirte lo que pienso realmente, está tu esposo presente y no quisiera ofender a nadie.

-No se yo que decirte. Lo mismo te equivocas. –Dijo con una mueca mirando a su marido.

-El alcohol y las propinas al camarero para que cargase su copa estaba haciendo efecto.

-No me gustaría meter la pata, ¿No te importa si le digo a tu mujer lo atractiva que es?.

-No me importa, ¡Como si te la quieres follar!.

La cara se volvio a poner de color fresa reventona, no sabía donde meterse ni que responder, no reprendio a su marido, guardo silencio y miro al suelo, pense que habia llegado el momento.

Pegue mi silla a la suya, apoye mi mano en su rodilla, ...