Disfrutando la esposa de un cornudo sumiso. - Relatos Eróticos

Disfrutando la esposa de un cornudo sumiso.

... los apretaba con fuerza y dos de mis dedos jugueteaban con sus labios vaginales.

-Fóllame, quiero que me folles¡¡

Deje sus pechos y pegue mis labios a los suyos.

-¿Quieres que te la meta zorra?

-Si, por favor, métemela

-¿Vas a dejar que te folle el amigo de tu marido delante de el?

-Si, no me hagas sufrir mas, por favor, métemela¡¡

-Que puta eres¡¡

-Si, pero fóllame ya ¡¡

-Quiero que lo grites, quiero que el pichafloja de tu marido escuche desde la cocina como me suplicas que te folle.

-Follame ya joder, quiero que me folles – Grito tan fuerte que se debio escuchar en la calle.

-Date la vuelta, ponte a cuatro patas.

Se giró dejando su culo a mi merced. Tirándole de la cintura la deje al borde de la cama. Miré hacia la puerta y allí estaba, de pie, con las copas en la mano, lo mire fijamente y le dediqué una sonrisa burlona.. Apreté mi rabo entre sus piernas deslizándolo por fuera con fuerza pero sin llegar a penetrarla, estaba muy mojada.

-Follame ya, no me hagas sufrir mas¡¡

-Acercate y pon las copas sobre la mesita de noche, quiero que veas bien el espectaculo, esta loca por sentirme dentro. Ven coño¡.Le ordené con voz autoritaria.

Dejó las copas en la mesa y se acercó a nosotros mientras su mujer gemía al sentir mis dedos acariciando de nuevo su entrepierna.

-Más cerca, quiero que lo veas bien.

Se acercó hasta estar pegado a mi, pase mi brazo por detrás de su cuello y lo acerque hasta dejar su nariz pegada al culo de su mujer. Me aparté, y con golpe de cintura se la meti en la boca hasta el fondo.

-Chupa, comete lo que dentro de un momento va a dar placer a tu mujer como tu nunca vas a ser capaz. Trágatela ¡¡

La deslizaba por el culo de su mujer mientras le follaba la boca, metí tres dedos dentro de ella.

-Ufff, que bien la chupa tu marido, se nota que no es la primera que se comes un rabo. Ahora agarramela y ponla en la entrada, voy a follarla.

Obedeció sin dejar de mirar mi rabo, me la cogió y la puso en la entrada del coño de su mujer, de un solo golpe y sin miramientos la penetré.. El grito de su mujer hizo que se apartara mirándola fijamente, ella con los ojos en blanco se mordía el labio inferior.

La agarre del pelo y dirigi su cara hacia su marido mientras seguía follandomela con fuerza.

-No te preocupes, creo que no ha gritado de dolor, tiene el coño tan mojado que podría meterle dos como esta. Y quítate de ahí que estas molestando, siéntate en aquella silla y no te acerques hasta que te avise. Se acomodo en la silla que había colocado estratégicamente para que no perdiera detalle del espectáculo.

-¿Te duele cariño?

-No, joder, sigue follandome, no pares¡¡

Con decisión le empujé su cabeza hasta dejarla pegada al colchón. Con una mano inmovilice sus muñecas en su espalda mientras con la otra la agarraba con fuerza de la cintura y comencé un mete saca fuerte, sin piedad, apretando fuerte hasta llegar a los mas profundo. El marido seguía mirando, tocándose la ...