Disfrutando la esposa de un cornudo sumiso. - Relatos Eróticos

Disfrutando la esposa de un cornudo sumiso.

... sumiso y deberías darle el gusto. Será mucho más divertido.

Ella solo gemía, podía notar el latido de su corazón, estaba a cien. Realmente estaba disfrutando con su marido de rodillas.

-Metemela ya¡¡

-Trae los condones.

Carlos se incorporó con intención de coger los preservativos.

-No, quiero que me la metas asi, sin nada.

-Pero cariño, hemos acordado que lo haríais con preservativo.

-Ni cariño ni pollas, no quieres ser cornudo, pues lo vas a ser de todas todas, me va a follar sin condon, quiero sentir su polla bien dentro, hoy mando yo ¡

La contestación de Ana nos dejó perplejos, ya se estaba soltando la modosita, tenia que aprovechar aquella reacción.

-Ven amigo, acércate.- Ordene a Carlos.

Se puso de pie a nuestro lado. Mientras seguía paseando mi polla entre las piernas de su mujer lo agarre por la cabeza y pegue sus labios al oído de su mujer.

-¿Dile a tu mujercita cómo quieres que te llame de ahora en adelante?

-Cabrón, quiero que me llame cabrón.

-¿Y qué quieres que haga contigo?

-Todo lo que quiera, lo que le dé la gana, pero quiero que me humille.

Aquello empezaba a gustarle a su mujer, a cada contestación se le aceleraba mas el corazón. Posicione mi polla en la entrada de su coño

-Preciosa…dile a tu marido que es.

-Es un cabrón -susuro-

Cuando pronunció esas palabras la penetré de golpe, estaba empapada y me sentí en lo más profundo de su ser.

-¿Y que le vas a hacer para que disfrute?

Sali fuera de ella.

-Humillarlo, lo voy a humillar. –Susurro entre gemidos.

Volví a penetrarla con fuerza.

-Muy bien mi amor. Pero quiero que se lo digas a el, que se entere bien.

Otra vez fuera de ella.

Miro hacia su marido hasta que sus ojos estaban a escasos centímetros.

-Te voy a humillar cornudo, vas a ver como Antonio me folla y se corre dentro de mi.

-Muy bien cariño, asi es como queremos que te comportes.

-Carlos, quítale la camisa y el sujetador, después acaba de quitarme los pantalones que vamos a follar como es debido.

Desabrocho la camisa de su mujer mientras mis manos acarician sus senos por encima del sujetador, las manos le temblaban, la di la vuelta la puse de espaldas a el, le desabrochó el sujetador soltandolo en la mesa, después se puso detrás de mi y me saco los pantalones y los bóxer, nos besábamos con pasión.

-Ahora dobla bien la ropa que no queremos que se arrugue, prepara dos copas y ven al dormitorio, pero quédate en la puerta, no debes entrar sin permiso.

Sin rechistar dio media vuelta y se dirigió a la cocina.

-Esto solo es el principio, veremos hasta dónde es capaz de llegar tu maridito.

La agarré del trasero y nos dirigimos al cuarto. La tumbe en la cama y nos besamos apasionadamente mientras mis manos recorrían todo su cuerpo, llegue a su entrepierna, solo apoye mi mano jugueteando con su clítoris, mis labios bajaron hasta sus pechos y los mordisquee, primero muy suave, suspiro, mas fuerte, un gemido salio de sus labios mientras ...