1. Mi enorme primera vez


    Fecha: 07/09/2019, Categorías: Sexo Oral Autor: Lady S, Fuente: CuentoRelatos

    ... tanto salía “juguito salado”, «llámese al fluido preeyaculatorio».
    
    Y así continuamos un poco más, él preguntándome cosas que alimentaban su morbo y yo contestando o asintiendo con la cabeza mientras casi la mitad de su pene estaba en mi boca. A veces le preguntaba algo a él y seguidamente al instante, se la succionaba muy fuerte para que conteste con dificultad o en vez de eso, gimiera de repente «es muy divertido hacerlo».
    
    Por un momento él miró hacia la ventana cuando un fuerte trueno se escuchó, inmediatamente me asusté y me detuve. Poniéndome de pie y abrazándolo. Él me devolvió el abrazo como si fuera el último, sentí en ese momento una seguridad indescriptible.
    
    Quiero agregar que al darme cuenta que esa semejante cosa pudo entrar con mucha dificultad en mi boca «con algo de práctica en garganta profunda» era obvio que me terminaría lastimando si lo dejaba que penetrase abajo. Pero gracias a ese acto tan tierno que hizo casi por reflejo, ignorando por completo todo el placer que le hacía sentir con mi boca, indudablemente, se lo había ganado…
    
    — Gracias —le dije dándole un fuerte beso en la boca mientras estaba aún entre sus tibios brazos.
    
    — Si querés paramos acá, la tormenta empeoró —preguntó corriéndome el cabello de la cara con mucha delicadeza, buscando mis ojos.
    
    No sé si fingió siempre esa educación y preocupación que parecían un ligero desinterés por estar conmigo, pero todo se veía refutado y contrariado al momento de sus actos. Cuestión que eso me encantó muchísimo, me sentí muy cuidada. Toda esa seguridad y el sonido de la tormenta fuera, de las gotas estrellándose contra la ventana, me sumergieron en un océano de lujuria donde solo él y yo íbamos a estar.
    
    — Vamos… —le dije con total seguridad y lo agarré de su miembro que prácticamente era lo mismo que llevarlo de la mano.
    
    — ¿Dónde? —preguntó riendo y con algo de incertidumbre.
    
    Lo llevé hacia aquella ventana, mi mente ya había dibujado toda la escena y era momento de hacerla real. Al acercarnos lo suficiente «un par de metros de donde estábamos» me apoyé sobre ella, junté las piernas y con la cola lo empujé justo a la altura de su pelvis, mientras su cosa descansaba sobre mis suaves nalgas, que solo estaban cubiertas por un holgado short prestado.
    
    Nunca fui de tener nalgas notables, sobre todo en ese tiempo, pero eso no fue problema para que mi silueta se combinase perfectamente con la pose que quería que él aprovechase. Sin embargo, entre los deseos por ser penetrada y embestida sin parar que mis pensamientos e imaginación recreaban. Estaba la realidad, y en ella, una inseguridad que se transformaba en un ligero miedo.
    
    Él entendió todo sin decirle una palabra, bajándome el short, tocándome y apretándomelas ni muy fuerte ni muy despacio, pensé que iría directamente a lo que tanto temía y deseaba a la vez. Pero no… se agachó y metió su cara entre ellas, casi al momento mis piernas se separaron para que su lengua empezara a jugar.
    
    Sinceramente me ...
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