Rosa, sometida y torturada VIII - Relatos Eróticos

Rosa, sometida y torturada VIII

... saberlo.

-Anda, acércate, que aun no he desayunado.

No hizo falta que lo repitiera, porque su gorila me lanzó encima de él de un empujón.

-Jajajaja, -Te veo muy impaciente por darme tus tetas para que desayune.

Yo estaba aterrorizada, porque por un lado tenía los pezones muy dañados y además, al haber estado dando el pecho hacía poco, no era fácil que saliera leche y tendría que succionar y apretar mucho, para intentar que produjera algo de leche.

-A ver esas tetitas tan ricas que tienes. -Antes te has de sentar encima de mí. -Quiero tener la polla bien calentita dentro de tu coño. –Luego ya me darás el pecho.

Se sacó la polla, haciendo que me sentara encima, para meterla con mi propio peso hasta el fondo. Menos mal que estaba recién follada y mi lubricación acentuó el que entrara sin producir mucho daño, pero no tuve tanta suerte con mis pechos, ya que una vez quedaron al alcance de su boca, no empezó a mamar, como era lo esperado, si no que se apoderó de mi pezón izquierdo con los dientes, mordiendo con fuerza. Estaba claro que le excitaba el oírme gritar, porque fue pasando de un pezón a otro, dando mordiscos y estirando como queriendo arrancar los pezones.

A pesar del dolor tuve un orgasmo muy fuerte, alcanzándolo al mismo tiempo que él. Quedando aturdida con mis brazos apretando su cabeza sobre mi dolorido pecho, Que seguía con el pezón en la boca, derramando leche por el fabuloso orgasmo recibido.

Era realmente increíble, que estuviera sintiendo placer, a pesar de estar dando de mamar a un indeseable con mis pezones doloridos.

De mi boca salían palabras sin que mi cerebro las pensara, como:

-Come, no pares, -Sigue, mama todo lo que quieras. –Toma toda tu leche.

Le iba acercando una y otra teta sin descanso, pudiendo ver como salían chorritos de leche del pecho que quedaba libre, mientras mamaba del otro.

No podía creer que le estuviera amamantado de aquella manera, ni que pudiera continuar con su polla completamente dura dentro de mi vagina.

De nuevo podía sentir como se me aproximaba un nuevo orgasmo y como su polla palpitaba completamente erecta dentro de mí, anunciando una nueva eyaculación.

Yo estaba completamente rendida después de tener varios orgasmos seguidos, cuando me apartó de encima de él, dejándome tendida en el sofá. Y con la polla aún dura, me la puso en la boca para que se la dejara completamente limpia.

-Putita, ahora tienes tiempo para tomar un baño en la piscina y relajarte hasta la hora de comer, que a la tarde has de estar presentable para tu amigo Salahudin.

Sumergirme en la piscina me fue muy bien para despejarme y limpiarme el semen que corría por mis piernas.

Una vez bien limpia, me puse crema protectora para el sol y me tumbé en una cómoda hamaca.

Ahora esperaba poder descansar hasta la hora de la comida y luego ya intentaría seducir al sádico moro para conseguir que me comprara.

Esperaba que las marcas de correazos en mis pechos, no fuera un impedimento para ...