Andrea 9 - Relatos Eróticos

Andrea 9

... ese orden. Me sentí un ser despreciable, ella era mi mejor amiga, desde niñas, lo habíamos compartido todo. ¿Andrea que estas haciendo?, no puedes ir tan lejos, pense.

- Veras Pam, sabes que me gustan los chicos.

- Oh, si, eso esta claro.

- Pero también pueden gustarme… las chicas.

Ella me miro.

- Bueno, no tiene nada de malo.

- Tu… has estado alguna vez con una...chica.

Pocas veces había visto a Pam ponerse roja de vergüenza.

- Eh, eres tu la que tiene que contarme cosas, para eso me has traído.

- Deseo a una chica.

- Ah, la conozco?

- Si, la conoces

Acerque mi cara a la suya, la bese en los labios. Suavemente. Sin brusquedad. Eran dulces. Tiernos.

- ¿Que haces Andy?.

- Perdoname. Lo siento. No te enfades.

- No me enfado, para nada, pero deberías habérmelo dicho antes, no besarme así sin mas.

- Estas enfadada.

Entonces fue ella quien me entrego sus labios. Esta vez nuestras lenguas se unieron.

- ¿Te parece que estoy enfadada?

- Yo, no esperaba que tu…

- Hace mucho que deseaba que pasara. Pero no me atrevía. No quería estropear nuestra amistad.

- No lo hará -la mire cogiéndola de la mano, volvimos a besarnos, mas largo-

- Andy, yo nunca he estado con una mujer.

- No te preocupes. Tampoco yo tengo mucha experiencia.

- ¿Y que experiencia es esa?

- Te la contare. Tranquila… ahora sigue besándome.

Y Pam me beso. En la boca, yo acariciaba su pelo, luego lamí su cuello. Sentí su placer. Mis manos acariciaron sus muslos, cálidos, que esperaban caricias. Le entregue mi boca, ella situo sus manos en mis pechos, los acariciaba por encima del vestido.

- Te deseo Pam.

- Y yo a ti.

Empece a desabotonar su camisa.

- Nos pueden ver.

- Callate.

Seguimos besándonos. Ella desabotono mi vestido, mis pechos quedaron a su alcance. Los acaricio. Sentí un enorme placer al sentir sus manos jugando con ellos, tocando tímidamente mis pezones. Sentí como mis senos tocaban su cuerpo, aun provisto del sujetador. Deseaba quitárselo. Deslice su camisa por sus hombros, no opuso resistencia.

- Andy, es arriesgado, lo deseo, pero aquí…

- Callate.

Me quite el vestido ya desabrochado. Deje caer mi tanga. Me tumbe desnuda en la hierba junto al banco.

- Ven.

Ella se tumbo a mi lado, tímida. Le quite el sujetador mientras nos besábamos y acariciaba mi cuerpo. Yo estaba empapada. Sus pechos, firmes, grandes, con unas aureolas oscuras y grandes pezones se exhibieron ante mi. Los chupe, la escuche gemir. Le quite la falda. Lami su cuerpo, sus muslos, ella no cesaba de dar muestras de excitación y goce. Su braguita estaba claramente mojada. Se la retire. Salvo un pequeño “no, no”, nada hizo por impedirlo. Acaricie con mi mano su coño empapado, depilado, suave. Sentí su mano en el mio. Ahora fui yo la que gimió. Desnudas, nos entregamos al placer, nuestras bocas se aplicaron a nuestros sexos, mi dedo jugo con su culo, sacandole suspiros de placer. Nuestros clítoris fueron ...