Andrea 9 - Relatos Eróticos

Andrea 9

... era eso lo que ella deseaba. Me subió sobre la mesa, me quito el tanga, e introdujo su cabeza entre mis piernas… su lengua trabajo mi coño,encontró mi clítoris, el dolor que sentía desapareció para dar paso a oleadas de intenso placer. Le deje hacer. Ella,experta, sabia como manejar su lengua. Deseaba desnudarme, pero ella no hizo intención de permitírmelo, me abandone. El orgasmo llego intenso,potente… ella se separo lentamente, acaricio mis labios con los suyos.

- Ay mi niña… arreglate, y marchate. Como cada día. Ya sabes tus tareas.

- Si, las se.

La bese en los labios, abrace su cuerpo desnudo, sentí sus pechos contra los míos, deseaba quedarme, pero debía obedecerla. No la entendía, sabia que ella deseaba que me quedara en su cama, en su cuarto de juegos, pero me ordenaba irme.

Me arregle, salí feliz del regalo que Belén me había otorgado. Como siempre, fui al bar de Pepe, era importante no saltarme la rutina,mi tía me había insistido mucho en ese punto en otras ocasiones. Temblaba cuando cruce la puerta, recordando lo que había vivido en aquel lugar. ¿alguno de los clientes presentes seria uno de los que abusaron de mi?. No podía recordar todas las caras.

Pepe reinaba en la barra. Sonrió al verme. Sin preguntarme me puso un café, como siempre. No hizo ninguna mención, ningún comentario, a lo sucedido. Como si jamas hubiera pasado. No lo entendía.

Pam me esperaba donde siempre. Era una chica muy guapa, muy atractiva. Sus pechos eran grandes, y en punta, los chicos se volvían locos con sus formas. Ojos azules, 168, una morenaza de bandera. Le gustaba jugar con los chicos, pero era de esas que suelen elegir tener relaciones y no aventuras, como lo era yo.

Hablamos de cosas intrascendentes. Mientras escuchaba su parloteo pensaba en como le contaría lo que me sucedía, y sobre todo ¿como seducirla?

- Eh, estas aquí Andy???

- Si, perdona Pam.

- Joer tía, que no me escuchas. Por cierto, estas que te sales hoy ¿que pasa?¿vas a por alguien?, porque no vas a pasar inadvertida eh -se reía-

- Bueno, realmente si. Quisiera gustarle a alguien.

- Ah, joder tía, a quien.

La mire pensativa.

- ¿Que te parece si no vamos a clase y te cuento todo?

- ¿tu?¿faltar a clase?, Andrea, me escandalizas! -se rio- vale. Donde vamos.

La cogí de la mano.

- Ven. Vamos a algún lugar donde estemos tranquilas.

Riendo y charlando fuimos caminando por el Campus. Algún chico me silbo, estaba claro que el vestido conseguía llamar la atención. Conocía un sitio muy tranquilo, un banco detrás de unos arbustos donde acudía a meditar cuando lo necesitaba, poca gente sabia del lugar y jamas había visto a nadie allí, salvo al personal de mantenimiento.

- Ah, que sitio mas guapo ¿aquí vienes a pensar en tus cosas?

- Si. Tenia algo que contarte, pero no sabia como hacerlo. Sobre todo, debes prometerme que no te enfadaras.

- Sabes que puedes confiar en mi.

Debía confesarle lo que era, y conquistarla, pero no necesariamente en ...