Aventuras Dominantes. Parte 5 - Relatos Eróticos

Aventuras Dominantes. Parte 5

... foto de mi mujer -. Estoy empalmado, ¿Quieres verla? -.

-Claro -. Respondió ella sin pensar.

Ver la foto de la polla de ese tío en la pantalla de mi televisión no era lo mas morboso del mundo, pero ver a mi mujer empezar a acariciarse el clítoris si me estaba poniendo cachondo.

-¿Quiero que te toque pensando en mi? -. Fue si siguiente orden.

-Ya lo estoy haciendo -. Contestó mi esposa empezando a acariciar su vagina ya húmeda.

-Mándame un video -. Siguió él.

Ni corta ni perezosa Marta cogió el móvil y se grabó unos diez segundos metiendo dos dedos es su coño, para enviarlo.

-Joder. Quiero verte en vivo -. Exigió en la siguiente petición.

Pasaron unos cinco segundos y Marta recibió una invitación de videollamada. Se creó un ambiente tenso. Mi mujer esta vez si me miró y clavó sus ojos en mí.

-Has sido tú la que has dicho que querías ser su ciber esclava -. Le dije sonriendo, y empalmado.

Sonó a reto y parece mentira que aún no haya aprendido que a esta mujer es mejor no retarla. Se acomodó en el sofá con el teléfono estratégicamente colocado en la mesa y aceptó la llamada.

-Mastúrbate para mí -. Fue lo primero que se escuchó de boca de ese hombre.

Marta empezó a masturbarse con ganas, metiendo sus dedos en su interior sin dejar de acariciarse el clítoris. Pensé que de perdidos al río y me saqué la polla y empecé a hacerme una paja yo también. Eran pocas las ocasiones en las que había visto a Marta masturbarse ella sola con esa intensidad.

-Ponte a cuatro patas y ábrete bien para mí -. Dijo la voz, la cual ya empezaba a notarse quebrada.

Mi mujer obedeció sin decir ni una palabra, abrió bien las piernas para que se apreciara bien todo y siguió masturbándose con fuerza.

Siguieron, bueno, seguimos masturbándonos todos durante varios minutos. La cara de disfrute de mi esposa con esa situación era indescriptible.

-Me voy a correr pronto -. Dijo él. Ver a Marta metiéndose los dedos en esa posición, viendo como su coño chorreaba era demasiado, lo era hasta para mí que no podía dejar de masturbarme con fuerza.

Marta tomó en ese momento las riendas de la situación.

-Correte si quieres -. Fue lo primero que dijo.

-¿Donde quieres que me corra? -. Preguntó el.

-Donde tu quieras -.

-Quiero correrme dentro de ti -. Respondió él sin pensarlo mucho.

-Lléname el coño con tu leche -. Respondió mi mujer ya con la voz ya entrecortada.

Me sorprendió escuchar a Marta hablar así, pero es que lo estaba disfrutando.

-¿Quieres que parezca más real? -. Preguntó de pronto mi mujer.

-¿Como? -. Devolvió la pregunta.

Se acomodó en el sofá a cuatro patas, bien abierta, y me hizo un gesto con los dedos para que me acercara a ella. No lo dudé fui hacia ella y se la clave sin pensar, soltó un fuerte gemido al notar mi polla en su interior.

-¡Fóllame! -. Grito Marta.

Pasaron unos segundos en los que ninguno sabíamos como iba a desarrollarse la situación. La voz del tío dio el pistoletazo de ...