Femdonia. Paseo por el otro lado(II) - Relatos Eróticos

Femdonia. Paseo por el otro lado(II)

Tras la movida noche en la que azoté a Lucas, y luego mi Ama me pegó un palizón poniéndome en mi sitio, tuvimos un fin de semana bastante tranquilo.

Pese al inicial enfado de mi Señora por mi erección con un medio desconocido, yo sentí que casi me perdonó después de la sesión de sexo que tuvimos tras la paliza que me dio, donde quedó muy claro quién me mandaba por un lado, y por otro, mi adoración incondicional por ella.

El jueves de la semana siguiente había un pequeño acto en el Centro de Gestión Municipal, que como algunos lectores sabrán, era el jugar de trabajo que compartía con mi Señora, era un reconocimiento a tres funcionarias que cumplían 20 años de servicio en aquel lugar y la Directora del centro tuvo a bien hacerles un pequeño homenaje, entre esas tres estaba mi Ama.

La mañana fue distendida desde el principio, esa semana compartía turno con mi Señora, así podría disfrutar y ser partícipe de aquella pequeña fiesta que habíamos organizado para homenajear a estas 3 compañeras… pero todo se torció cuando la brigadilla de limpieza entró en mi habitáculo de trabajo, dos mujeres y un chico.

Yo me llevaba muy bien con ellos, y estuvimos haciendo bromas de varias cosas, sobre todo de la supuesta holgazanería de Jose, a la que su compañera y encargada Luisa le estaba diciendo que le iba a calentar el culo, a ver si espabilaba.

-¿Ramón, sabes que este golfo sólo funciona con el culo caliente?.- Me dijo Luisa medio en broma, ella era digamos que la superiora de esa pequeña brigada de limpieza que se ocupaba de mantener todo el centro en perfectas condiciones de limpieza y mantenimiento, lo componían la propia Luisa de unos 45 años, Sonia, de 40 y Jose de 29 años, era nuevo en el puesto, y el chaval digamos que era chico para todo, sus dos compañeras lo mangoneaban como querían, él se encargaba del trabajo más duro, de los recados, pero todo lo hacía con gusto, sólo pedía una cosa, que lo dejaran fumar de vez en cuando.

Yo al oír lo de culo caliente me puse en guardia, me encanta como podéis imaginar toda esta temática, así que les tiré un poco de la lengua a todos.

-¿Cómo que con el culo caliente?¿Qué ha pasado?

-¿Que qué ha pasado? díselo tú Jose, dile que pasó ayer.

El pobre chico se puso rojo como un tomate, y apenas esbozó una sonrisa más de vergüenza que de otra cosa, y como no decía nada fue Luisa la que tomó la palabra.

-Pues resulta que ayer cuando más lío teníamos, nos llamó la directora para que limpiáramos una sala donde había un pequeño ágape y se cayeron unas cervezas al suelo, ¿pues sabes dónde estaba tu amigo? Fumando en la calle.

-Pero llegué enseguida Luisa, en menos de un minuto.

-¿Menos de un minuto? menudo golfo estás hecho, tuvimos que disculparlo ante la directora, mintiéndole y todo, pero cuando acabamos lo puse fino.

-¿Lo calentaste?

-¿Que si lo calenté?, díselo tú , dile lo que pasó.

-Me dio una buena, si (rojo como un tomate)

-Ya verás cómo te quito las ganas de fumar, ...