1. Las vecinas beatas 5


    Fecha: 03/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: CacharroLoco, Fuente: TodoRelatos

    ... los ojos.
    
    Se acercaba caminando lentamente, y sus tetas libres, iban de lado a lado al compas de sus caderas. Se rio al oírme y la atraje a mí, sentándola en mi pierna.
    
    Le mordí un pezón sobre la blusa y luego el otro. Se reía tímidamente.
    
    -¿Puedo fumar? -le pregunte
    
    -Tu puedes hacer lo que quieras morenazo- me contesto cachonda perdida acariciando mi espalda.
    
    Y me encendí un cigarro. Le mordía los pezones de vez en cuando y le sobaba el culo y la espalda. No hablábamos.
    
    Concha estaba a mil, y disfrutaba mirándome y acariciándome.
    
    -¿Tienes anís? -le pregunte.
    
    -Creo que si- me dijo.
    
    -Ponme un poco, que me hare un carajillo -le pedí.
    
    -Claro, ahora mismo.
    
    Se acerco al mueble bar, y lo buscaba mientras me desnudaba. Cuando oyó la cremallera no se giró, ya sabia que hacía. Y me espero otra vez.
    
    Pero viendo que no iba por ella, se giró y vino con la botella. Vio mi polla tiesa y se relamió sentándose otra vez en mi pierna. Me sirvió un poco y me lo removió con mi mano otra vez en su culo sobándola.
    
    Volví al juego de sus pezones y ella miraba mi polla ansiosa. Le abrí la blusa y admiré sus pechos grandes y duros.
    
    -¡Madre mía Concha que tetones tienes cariño! Menuda cubana me voy a hacer.- le dije mordiéndole uno.
    
    -¡Mmmh! no se que es eso -me dijo.
    
    -Mira, algo nuevo que vas a aprender- y rio.
    
    Seguí un rato más jugando con sus pezones, y mordiéndole las tetas, hasta que ya estaba a mil, y me llegaba el olor de su coñito empapado. Ella gemía suavemente y cada vez tenia los pezones más sensibles y agradecidos. Me acariciaba la espalda y con la otra mano movía sus pechos por donde quería que le mordiera. A veces reía y gemía después.
    
    -Concha cariño, cógemela ya, que mira cómo me tienes- le dije sabiendo que no se atrevía a hacer nada, por no enfadarme.
    
    -¡Mmmh! si no me lo dices no me atrevo ¡Aaaah! – me confeso.
    
    La atrapo rápida, deseándolo hacía ya rato, y me la empezó a acariciar.
    
    -Tu tranquila, suéltate que, si haces algo que no me guste te lo diré- le explique.
    
    -¡Aaah! ¡Mmmmh! Eso es lo que me temo, el castigo ¡Aaaah! -me dijo gozando con sus pezones y sus tetas ya rojas.
    
    Le ardían agradecidas, y ya no sabia por donde llevar mi boca. La quería por todas partes. Me empezó a pajear con suavidad, pero apretándola fuerte.
    
    -¡Mmmh! muy bien, asi, asi, ¡Aaaah! – le dije sacándome un pezón erecto de la boca.
    
    -Échate un poco para atrás- le dije para que saliera su culo más y tuviera sus agujeros libres.
    
    Se movió obediente, sin dejar de pajearme y noto mi mano esperándola. Enseguida noto como le pasaba la mano por su coñito y volvía a su culo apretando con fuerza sus cachetes.
    
    Se animo más, y me apretaba la polla con más fuerza, pajeándola más rápido.
    
    -¡Mmmmh! Muy bien puta, pero no te animes tanto ¡Aaaaah! -le dije metiendo dos dedos en su coño empapado.
    
    -¡Aaaaah! Si ¡Mmmmh! Asi dentro ¡Mmmmh! Te quiero dentro ¡Aaaaah! -me decía pajéandome más lenta, pero apretando con ...
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