1. Las vecinas beatas 5


    Fecha: 03/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: CacharroLoco, Fuente: TodoRelatos

    Continua la historia, con Julia muy enfadada, y en una encerrona que nunca hubiera imaginado.
    
    -¡Hola Lurdes¡ saludo Julia muy contenta y efusiva a su amiga.
    
    Se abrazaron y se dieron muchos besos con el cariño de unas buenas amigas. Lurdes empezó a llorar, y a darle las gracias por ayudarle. Julia, con el cabreo no podía llorar, pero lo hacia por dentro, noté que se querían mucho, y hasta vi que sobraba.
    
    Julia había cambiado, Lurdes lo empezó a notar al ver como me besaba para saludarme y decirme:
    
    -Ya hablaremos.- y se sentó cerca de Lurdes, que la miraba atónita.
    
    -Es mi vecino, pero somos vecinos muy bien avenidos.- le explico a Lurdes, que quedo más perpleja aun, preguntando:
    
    -¿Sois amantes? -pregunto inocente.
    
    -No Lurdes cariño, es un poco más complicado. Ya te lo explicaré más tarde.- le dijo Julia paciente con ella.
    
    -Bueno, yo le he explicado a Lurdes como la puedo ayudar, que te cuente ella y asi os dejo a solas. Si quiere vivir en mi piso, me escribes y os recojo para llevaros y presentaros a la chica que vive allí, y me lo cuida.
    
    Julia puso los ojos en blanco, respiro hondo y me dijo:
    
    -Si, ya me explica ella cariño. Y lo que no entienda ya te “preguntare”- me respondió sonando claramente a amenaza.
    
    Le di dos besos a Lurdes y un buen morreo a Julia, asi le relajaría un poco. Me quería apartar, pero no podía rechazar mis labios. Aunque si me pellizco la espalda, y la solté cuando no pude soportar más el dolor despidiéndome, frotándome su pellizco rabioso.
    
    Me quede sentado en el coche, ya sabia que aceptarían. Julia no había podido encontrar nada en tan poco tiempo, y si no iba a estar en mi casa, ya estaba tranquila. También imaginaba que la chica del piso sería buena persona.
    
    Me escribió y me dijo que pasara a recogerlas. Sonreí triunfante.
    
    Chochín las recibió muy alegre y simpática. Se le había ablandado el carácter con los años de tratar con gente normal, y no con la chusma con la que se crio. Julia enseguida se la imagino, tan poca cosa, entre mis brazos, botando en mi polla y gritando de goce. Se puso un poco colorada al imaginarlo. Pero le cayó genial, y a Lurdes también, al saber que hacia un master y era encargada en una pequeña gestoría.
    
    Yo fumaba y las veía charlar y parlotear, mientras deshacían la maleta, y le tiraban casi toda la ropa. Lurdes quería una nueva vida, y estaba en buenas manos. Una de las veces que levanto la vista, me dijo gracias, y siguio dejándose aconsejar. No sé qué le había explicado julia de mí, pero seguro que le dijo que no estuviera a solas conmigo. Lo demás que le contara, ya me lo explicaría.
    
    Julia las dejo, se acercó a mí, que estaba en la mesa escritorio apoyado. Y se sentó a mi lado, apoyando su cabeza en mi hombro, diciéndome:
    
    -Has hecho bien, yo solo le podía ofrecer un piso de la parroquia, y no tienen muy buena fama. Tampoco sabía si estaría sola o con más gente.- me conto apenada.
    
    -No puedes saber mi respuesta por mí, pero mejor aquí -le dije ...
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