1. Las vecinas beatas 5


    Fecha: 03/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: CacharroLoco, Fuente: TodoRelatos

    ... viendo a Lurdes en camisa de tirantes, probándose ropa con Chochín, tenía unas tetas enormes y firmes, y se movían con su sujetador haciendo lo que podía.
    
    -Pues estamos empate, aunque aún me tengo que desahogar de tu robo- me dijo Julia.
    
    -Perdona, aunque fue por tu culpa, pensaba que era un test de embarazo- le explique.
    
    Me miro, sonrió y me dijo:
    
    -Solo te daré un hijo cuando me lo pidas, y recuerda que tengo el “chip” puesto, que te lo conté- me dijo.
    
    Recordé lo del método anticonceptivo, pero me sorprendió lo de tener un hijo. No se si sabia que ya tengo dos. Y que no los veo mucho.
    
    -¿Tendrías un hijo conmigo? Julia cariño, estas más loca que yo -le dije.
    
    -No hombre, ahora no. Cuando acabe la carrera y este situada- me respondió sonrojada.
    
    Entendí lo que pasaba, ya me había pasado demasiadas veces. Y me excuse por tema de trabajo.
    
    -¿Tienes para el taxi? Me tengo que ir- le pregunte.
    
    -Si, no te preocupes, iremos a comprar ropa. Te veo después de cenar si no cenas aquí.- me dijo notando que algo me pasaba.
    
    -No sé, ya te digo algo- y dándole un beso me despedí, y Sali a la calle a respirar y caminar un rato.
    
    Le di dos vueltas a la manzana, fumando y pensando, y me fui al coche. Julia se estaba enamorando, pero no se daba cuenta. No recodaba si sabia de mis dos hijos, y los dos, de dos grandes mujeres como ella, pero que tenía que criar a distancia. Estaban muy bien en sus internados, y los veía cada mes. Me quieren mucho, y pronto tendría al mayor viviendo cerca, y estudiando en la academia. Pero otra vez pasar por lo mismo me hacía tener sentimientos contradictorios. Suspiré y me consolé pensando, que aún le quedaban dos años de carrera y podía enamorarse de un buen hombre, y por fin, volar de su jaula.
    
    Chochín tenia el instinto de detectar los malos rollos, lo aprendió en la calle muy jovencita. Y se había dado cuenta por mi cara al irme, y por no darle un beso achuchando su culito, de que algo pasaba. Me llamo encerrada en el baño con la excusa de que no la dejara sola con las dos. Y despidiéndose de ellas por un compromiso, se vino conmigo al coche.
    
    Se subió sin decir nada, se sentó encima mío y arropándose con mis manos me dijo:
    
    -Vamos a pillar algo de cenar y nos vamos a Collserola, venga va.
    
    Le mire, la bese y arranque el coche.
    
    Ir a Collserola con la cena lo hacíamos cuando Chochín estaba de bajón, y le mostraba las vistas de espaldas a Barcelona, al Valles. Le explicaba que viera todo lo que había aparte de lo que conocía. Siempre la animaba.
    
    Y también recordó lo que le gustaba que le comiera el coñito, tumbada en el capo caliente mirando las estrellas, y sintiéndolas con mi lengua.
    
    -¡Mmmmh! ¡Aaaaah! Cuanto tiempo ¡mmmmh! ¡Mmmmmh! ¡sigue asi! ¡Aaaaaah! – me decía mirando las estrellas agarrada a mis pelos.
    
    Le comía el coñito con ansias, me dedicaba bien, no quería pensar en otra cosa, y siempre lo lleva perfumado con olores que no conozco. Sabe que me fijo en los olores, y nunca ...
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