1. Tu, mi complemento perfecto 3


    Fecha: 03/09/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Bella15, Fuente: TodoRelatos

    ... vida, porque desde el momento en que mis padres murieron, una parte de mí se fue con ellos, lo bueno y lo malo, todo desapareció en cuestión de segundos. Incluso lo que no me gustaba de ellos, me gustaría que volviese, aunque fuese un momento, para poder abrazarles de nuevo. ¿Cómo podía superar su partida?, ¿Cómo cuidaría de mi hermano?, ¿Por qué la gente esperaba que aceptará la muerte de mis padres y manejara mis emociones de una manera apropiada? ¡Eran mis padres! Las personas que me enseñaron todo lo que se, ¿Por qué no podía tomarme mi tiempo para sobrellevar su duelo? Porque muy en el fondo sabía que, si salía de este lugar, debía comenzar de cero, debía buscar la manera para recuperar nuestro hogar, pero especialmente, debía trabajar para recuperar la custodia de mi hermano.
    
    No quería que él se quedará en esta residencia, pese a qué este lugar nos ha ofrecido las necesidades básicas y nos permitió acceder a una educación. No era nuestro hogar, por mucho que la gente nos dijera que debíamos resignarnos. La sociedad e incluso los amigos cercanos de mis padres ponían una enorme presión sobre mis hombros, al decirme constantemente que yo debía suplir el rol de mi madre para criar a mi hermano y eso lo entendía, pero ¿Por qué cuánto tiempo lo haría?, ¿Podría llevar mi duelo o solo debía hacerme la fuerte y continuar con mi vida? Porque vamos, yo también necesitaba consejos, un abrazo paternal o una mirada confiada de mi madre que me hiciera sentir segura. Porque ahora, solo podía aliviar ese hueco que dejó la partida de mis padres con buenos recuerdos y esas fotografías que conservaría para siempre.
    
    —Malya, ya puede ingresar al despacho —escuché.
    
    Dejé de lado mis pensamientos y me incorporé para enfrentar mi destino, pues hoy, era el principio de un nuevo comienzo. Un comienzo, qué debía afrontar como cualquier joven que inicia su etapa adulta.
    
    —Buenas tardes Malya, ¿Lista para abandonar la institución? —preguntó Calie y yo asentí.
    
    Aquella mujer de mediana edad tenía un pelo castaño por debajo de la cintura, con impresionantes ojos azules, labios rojos y un maquillaje fresco, que disimulaba esas pequeñas bolsas que tenía bajo sus ojos. Porque esas bolsas, eran símbolo de que no había descansado lo suficiente por el extenuante trabajo que tenía y no era para menos, llevar una institución que albergaba a más de 100 niños, niñas y adolescentes qué debía cuidar las veinticuatro horas al día, los siete días a la semana. Era un trabajo agotador, un trabajo volvería loco a cualquiera.
    
    —Señora Calie, ¿Ha pensado en mi propuesta? —dije, al tomar asiento.
    
    —Sabe que no le puedo prometer nada —expresó, al retirar sus lentes.
    
    —Oh vamos, sé que puede mover sus contactos y asegurarme el bienestar de mi hermano —insistí.
    
    Esa mujer, era mi única esperanza y debía rogarle una vez más para qué se apiadará de mi situación, pues quién más que ella que nos ha visto los últimos veintiuno meses sabría que mi propuesta no era tan descabellada ...