1. Las refugiadas - Anastasia y la tatuadora


    Fecha: 29/12/2023, Categorías: Lesbianas Autor: JBWriter, Fuente: TodoRelatos

    ... un armarito y sacó un plato.
    
    —Creo que no podré tragármelo todo de golpe, señor —pidió Nuria arrodillándose—, le ruego que me permita dejar caer en el palto lo que no me dé tiempo y comerlo después.
    
    —¿Estás segura que no quieres saltarte esa parte, aunque ganes menos? Ten en cuenta que si vomitas no va a contar.
    
    —Prefiero intentarlo aunque falle, para que lo tengas en cuenta en el futuro.
    
    —Tú misma. Arrodíllate.
    
    Pedro hizo fuerza y empezó a defecar sobre su cara. No pudo tragarlo todo… en realidad, apenas pudo tragar nada pues cuando metió el primer tozo en la boca empezó a sentir arcadas. Lo dejó caer todo al plato mientras procuró generar saliva para lo que se le avecinaba. Cuando Pedro acabó tuvo que empezar un beso negro a este, aunque a diferencia de los demás que había realizado antes sobre un ano limpio, este era sobre uno acabado de usar. Sin embargo, la ausencia de restos duros, le permitió tolerarlo algo mejor. Cuando acabó tuvo que enfrentarse al plato mientras Pedro la invitaba a desistir ya que no iba a conseguir aguantar y Anastasia insistía en lo asqueroso que era.
    
    Consiguió terminar el plato sin vomitar, aunque seguía teniendo angustia.
    
    —Amo, tengo ganas de orinar —pidió permiso Anastasia—. Ya he acabado de beberme la botella. —Mostró la cerveza de litro vacía—. ¿Puedo?
    
    —Adelante —permitió Pedro—. Quizás la ayude. Pero procura no saturarla, porque no está acostumbrada a tragar de continuo.
    
    Anastasia indicó a Nuria que se arrodillase y abriendo las piernas empezó a orinar. Cortó el chorro cuando vio que se le llenaba la boca. Nuria tragó, abrió la boca y Anastasia volvió a mear.
    
    —Supongo que es ahora me darás de comer tú —comentó Nuria a Anastasia después de limpiarle el coño.
    
    —La verdad es que ahora no tengo ganas —replicó Anastasia mirando a Pedro—, pero si me lo ordena el Amo.
    
    —No. Dejaremos que se asiente en tu estomago —explicó pedro a Nuria—, y más adelante repetirás, de ambos productos. Ahora mejor llega la hora del postre. —Pedro había cogido un trozo de cuerda y situándose detrás de Nuria la ató las manos a la espalda—. Anastasia se tumbará en la camilla, boca arriba y con el culo en el aire, las piernas abiertas y elevadas y tú deberás hacer que se corra.
    
    »¿De cuánto tiempo disponemos para hacerle el tatuaje?
    
    —Ya digo que el negocio está parado —replicó Nuria—. Del que vosotros dispongáis. No tengo ningún cliente previsto en todo el día.
    
    —Bien. Entonces será interesante. —Se acercó a Anastasia y le susurró al oído—. Si te corres antes de una hora tendrás un castigo. Y no será doloroso. —Enfocó la cámara al coño de Anastasia, pero desde un lateral y reanudó la grabación—. Bien comenzad.
    
    Pedro tomó uno de los álbumes de dibujos y se sentó en el sillón a elegir el nuevo tatuaje de Anastasia mientras Nuria se esforzaba por darle placer. Seleccionó el que le gustaba y salió al bar de enfrente a tomar un café con leche y un bocadillo.
    
    —¿No vienen las chicas? —preguntó la ...
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