1. Disfrutando con mi compañero de cuarto


    Fecha: 30/08/2019, Categorías: Transexuales Autor: adriianaa, Fuente: CuentoRelatos

    ... tronco saboreándolo, humectándolo hasta que decidí que era suficiente. Me humedecí los labios y metí su cabeza en mi boca, su sabor delicioso que me hizo excitarme aún más y comenzar a meterla y sacarla rápidamente, me la saqué de la boca para masturbarlo mientras lo veía y jugueteaba con mi lengua en sus huevos para después seguir chupándosela. Seguía con los ojos cerrados pero la tenía durísima y solo escuchaba pequeños gemidos salir de su boca.
    
    De pronto sentí su mano sobre mi cabeza, al principio me asusté, pensé que se daría cuenta quien era en realidad, pero solo la dejó ahí como diciendo “trágatela toda” y obedientemente lo hice. Lentamente empezó a entrar hasta llegar a la mitad, la punta ya me tocaba la garganta, pensé que ya no me cabría más pero estaba decidida y haciendo un poco de esfuerzo hice que entrara completamente. Me quedé así un momento y después seguí lamiéndola, metiéndola y sacándola una y otra vez. Cuando sentí que ya era tiempo de terminar le di un ritmo frenético, aprisionando la punta de su verga con mis labios mientras jugaba con mi lengua, cuando de pronto sentí que varios chorros de semen inundaban mi boca. Traté de tragarlo por completo, pero mientras lo saboreaba se me escapó un poco de la boca, cayendo sobre sus huevos, los cuales felizmente limpié con mi lengua. Me levanté, le di un beso y le susurré un “te amo” al oído. Me quedé un momento sentada a su lado, yo con una sonrisa en los labios y su sabor en mi boca.
    
    Como pude le volví a subir el bóxer, fui por un cobertor a su recamara y lo cubrí. Después me fui a mi recámara, feliz y aún incrédula por lo que había sucedido. Me quité mi ropa de chica y dormí solamente con mi tanguita puesta.
    
    Al día siguiente, desperté y Leo seguía en el sofá. Preparé café para los dos y fui a despertarlo. Me contó cómo había soñado que su novia le había dado una mamada, pero fue mucho mejor que las que había recibido. “Ojalá la chupara como en mi sueño”, dijo riendo.
    
    Me agradeció por estar con él y apoyarlo cuando se sentía mal, desayunamos y seguimos con el día normal, aunque a partir de ese entonces no podía disimular ni dejar de ver su bulto cuando andaba en bóxer por el departamento. 
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