1. Rita, vecina infiel


    Fecha: 27/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: tonyjmg2, Fuente: CuentoRelatos

    ... importante).
    
    Bueno, volvemos a lo que nos interesa. Yo salí como un rayo! llegué a mi casa, busqué condones, me cepillé los dientes, salí al patio de mi casa, subí por las ramas de un árbol que tenemos allí y revisé bien antes de colarme a su patio porque el pastor alemán era grande, grandísimo. Vi bien, perrote amarrado, puerta abierta allí voy... bajé por un terraplén de piedras que estaba pegado al paredón y entré a la casa. Busqué orientarme, todavía no había luz y estaba en una casa desconocida y el malayo perro no paraba de ladrar amarrado en el patio.
    
    No tardé en verla, parada sugestivamente al lado de las escaleras, me le acerqué y puff!! llegó la electricidad... todos los bombillos de la casa encendidos y pude verla en todo su esplendor... una franela corta y unos pantaloncillos más cortos todavía me anunciaban que lo que venía prometía; me dijo “sígueme” y la acompañé a apagar los bombillos de aquella casa gigante, cuando apagó los de la sala que iba en dirección a la escalera la sujeté del brazo y la besé en los labios; fue algo tierno que fue incrementándose poco a poco hasta que caímos al sofá de aquella sala que fue siendo testigo de cómo ella soltaba mis pantalones, arrancaba mi camisa y sacaba mi miembro por un costado del interior para llevarlo a su boca para hacerlo desaparecer y aparecer como golosina, yo estaba en el éxtasis y ella en un frenesí imparable, tuve que detenerla y tomar yo las riendas del asunto porque me iba hacer acabar allí mismo; la puse en cuatro patas en el sofá aparté el pantaloncillo a un lado y le ensarté mi lengua hasta donde pude... allí no valía más que la lujuria, lengua iba y venía, pasaba por culo y vagina, Rita gemía, se agitaba hasta más no poder, en un momento me dijo: “por favor Luis... métemela ya de una vez, no seas malo”; Me quité el interior, le quité solo el pantaloncillo y la pantaleta, la tomé de la cintura, la acomodé hacía un lado que quedara entre el espaldar y el cogin casi sentada y se la fui metiendo lentamente hasta el fondo.
    
    Fue allí donde me sorprendió, porque me tomo por la cintura y comenzó a moverme frenéticamente la cintura hacia su pelvis, enseguida supe que le gustaba la rudeza, le agarre los tobillos con mis manos y comencé a darle como loco, rápido y duro como a muchas no le gusta por ser medio brutal, comenzó a gemir y a decir obscenidades hasta que se arqueó como si estuviera exorcizada y cayó desparramada en el mueble.
    
    Yo solo la miraba extrañado, casi que asustado, ni en película porno había visto yo esa vaina. Subimos y nos duchamos en la ducha fue diferente, estaba más tranquila, nos enjabonamos mutuamente, besamos, tocamos a más no poder, allí me agaché y volví a hacerle sexo oral; mientras lo hacía y por ociosidad de muchacho, y aprovechando la enjabonada le meto el dedo en el ano, que pasó sin problemas gracias al jabón; yo esperé la queja pero no... no dijo nada, seguí chupando su clítoris, pasando mi lengua por su raja y mi dedo en lo suyo todavía ...