1. Rita, vecina infiel


    Fecha: 27/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: tonyjmg2, Fuente: CuentoRelatos

    Voy a comenzar este relato presentándoles a Rita, una mujer amiga de mi madre, alta, rellenita, de buen ver, una mujer madura. Casada con un americano llamado Barry, al que nunca conocí porque trabajaba en un taladro petrolero con guardias de 15 días libre y 15 trabajando en sitio. Rita es una mujer alegre, jocosa, de esas que siempre le dan un sentido sexual a todo y siempre bromea con chiste de doble sentido; yo era un joven por el contrario callado, no serio, entiéndase bien, callado, reservado. Podían conversar muchos temas pero la vida de los demás no me importaba mucho, y era discreto si algo me confiaban.
    
    Un buen día del año que no me acuerdo, mi madre cumplió años y mi padre organizó una fiesta; nosotros vivimos en una zona bien, como se dice por estos lados, y Rita vivía en la parte de atrás de nosotros, o sea, era nuestra vecina del patio trasero y lógicamente fue invitada. La velada transcurría con normalidad, los tragos iban y venían, Rita bailaba, reía y se gozaba la fiesta como propia, en un momento sonó un merenguito de esos buenos de La Billo´s y todos salieron a bailar, pero Rita quedó por fuera porque había más mujeres que hombres por ser el cumple de mi madre; yo iba a recargar un trago y Rita, quien carecía de pena, me hala por un brazo y me dice... “vente moreno, vamos a bailar”.
    
    Comenzamos bailando merengue, pasamos por salsa, pasodobles y terminamos con una medio lenta; la Rita estaba pegada a mi y no sé si distraída o no, acariciaba mi cuello con una de sus manos, y yo, todo cortado porque había mucha gente conocida, no podía hacer mucho más que seguir bailando. Al terminar de bailar Rita se fue donde las otras señoras y yo me fui a seguir bebiendo y comiendo. Transcurrida la noche cantamos el cumpleaños feliz, cortamos el pastel y calabaza, calabaza... todo el mundo a su casa.
    
    Mi madre me pidió acompañar a Rita, quien por vivir en la calle trasera había venido a pie, durante el trayecto hubo un apagón (en Venezuela son parte del día a día), nosotros seguimos caminando y Rita rodeó mi brazo con el de ella y dijo... “ahora sí, así sin luz era que yo quería bailar contigo Luisito, algo tarde llegó el apagón” y soltó la risotada que la caracterizaba.
    
    Yo me detuve y la traje hacia mi y comencé a bailar sin música ya que casualmente quedamos en una esquina donde habían unos arbustos de una jardinera; nos abrazamos y ella se dejó llevar, acariciaba mi cuello y yo vuelto el diablo acariciaba sus nalgas por encima del pantalón y sobaba sus tetas por encima de la blusa, yo estaba clarito que la vieja era salida, le gustaba beber y estaba tomada, pero no borracha... así que ella quería.
    
    Después del morreo caminamos hasta su casa y me dijo... “por aquí por el frente no puedes entrar, porque la gente habla y aunque no hay luz, siempre hay chismosos; vete a tú casa y pásate por encima de la pared del patio que yo amarro al perro y te dejo la puerta abierta” (guarden esta secuencia en su mente porque es ...
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