1. La secretaria es mi perrito. Sometiendo a Lena (I)


    Fecha: 26/11/2023, Categorías: Lesbianas Autor: VenoMaliziA, Fuente: CuentoRelatos

    ... camino, aun vivía con sus padres, y siempre le estaban dando la brasa para que hiciera vida social.
    
    Le encantó mi apartamento, y curioseó mi librería mientras me cambiaba de ropa. Me puse un tanga negro de encaje con abertura, que había comprado especialmente para la ocasión.
    
    Cenamos, acompañando la cena con algo de champagne para animar un poco la cosa. Luego nos acomodamos en el sofá a ver la televisión. La peli que daban era algo subida de tono, y aproveché para hacer chistes malos sobre plantones y quedarse con las ganas. Ella se rió.
    
    Mientras en pantalla un joven bien guapo manoseaba a una chica que no quería pero sí, estudié cuidadosamente a mi presa. Se la veía muy interesada en la escena. En su casa no tenía demasiada intimidad, y el ver algo así como si nada en el salón le parecía una travesura en sí misma. Tenía las mejillas sonrosadas y la risilla fácil.
    
    El champagne había cumplido bien su cometido.
    
    Así que me levanté a por un pañuelo en lo mejor de la escena, para que ella no perdiese detalle. Cuando la protagonista estaba al borde del clímax, le pasé el pañuelo por delante de los ojos y me acerqué a su oreja desde atrás.
    
    -Es muy aburrido limitarse a mirar. Se me ocurre que podíamos jugar un poco, si quieres, claro. Pero te tienes que portar muy bien.
    
    Se quedó completamente inmóvil mientras le anudaba el pañuelo y tomó muchísimo aire.
    
    -Te vas a portar muy bien?
    
    Asintió con la cabeza, murmurando un "Sí" apenas audible, tensa como la cuerda de un piano.
    
    -Y puedo hacer contigo lo que quiera?
    
    Le solté el pelo y al acomodárselo rocé con los dedos sus gloriosas tetas, lo justo para notar sus pezones durísimos bajo la ropa. En pantalla, la chica no dejaba de gemir.
    
    Lena se estremeció al sentir mis dedos, y asintió de nuevo.
    
    -Sí.
    
    -Me lo tienes que pedir por favor, Lena. Ruégame que te deje ser mi perrito.
    
    Y Lena se mordió el labio y susurró:
    
    -Por favor, Astrid, déjame ser tu perrito. Haré todo lo que me digas.
    
    Una adorable mosca enredada por completo en mi red.
    
    Bajó al suelo, a ciegas, sobre la alfombra, hasta arrodillarse a mis pies. Se quedó allí acurrucada con la cabeza gacha, como un auténtico perrito, esperando una orden.
    
    Le saqué el jersey por la cabeza, ella se dejó hacer con las manos lacias. Satisfecha por su obediencia, le quité todo salvo las braguitas de algodón blanco. Para no haberlo hecho nunca, debía de haberlo imaginado mil veces.
    
    Sus enormes tetas se balanceaban al ritmo de su respiración, y buscaba acercarse a mí a rastras, ansiosa por recibir instrucciones. Me gustaba verla así, con el pelo revuelto y los ojos vendados. Tomé un par de cubos de hielo de la cubeta de la botella, y me senté frente a ella.
    
    -Esto es lo que quiero que haga mi perrito: -le dije mientras le deslizaba el trozo de hielo por los labios- vas a sostener esto en la boquita hasta que se funda, y no puedes hacer ruido. Crees que puedes?
    
    Ella asintió con la cabeza, y sacó la lengua para ...