1. La secretaria es mi perrito. Sometiendo a Lena (I)


    Fecha: 26/11/2023, Categorías: Lesbianas Autor: VenoMaliziA, Fuente: CuentoRelatos

    En una de esas noches locas del viaje de empresa y de vuelta en el hotel, Lena, mi compañera de habitación, reconoció muy bajito y sólo después del montón de copas que llevaba encima, que nunca había tenido la ocasión de cumplir una fantasía sexual.
    
    Cleo iba pasadísima, y para qué negarlo, yo también iba fina. Tres treintañeras borrachas haciendo el cafre, la crema de la crema de la oficina.
    
    Entre grititos y risillas tontas, la interrogamos a saco, deseando saber, y le sacamos una torpe historia de cómo en la universidad, había tenido pared con pared a una chica que tenía medio campus revolucionado porque le iba el rollo dominador, y más de una noche se había ido a la cama con un calentón tremendo, oyendo los gemidos y las súplicas de las sumisas de su vecina.
    
    Intercambiamos batallitas y experiencias esa noche y nos reímos muchísimo. A la mañana siguiente, con un resacón increíble, Cleo afirmaba no acordarse de nada en claro después de tirarle la copa de vino al becario encima, y Lena disimulaba muy mal la vergüenza de quien piensa que ha hablado de más. Era tan tímida que me resultaba divertidísima, y más sabiendo que en el fondo, siempre se había quedado con las ganas de que alguien la pusiera bien en su sitio.
    
    Volvimos del viaje y retomamos la rutina de trabajo, y con el tiempo, ella pareció olvidar aquello, aliviada porque ninguna volvió a mencionar el tema.
    
    Pero yo lo recordaba todo, y mientras más me la imaginaba despierta contra aquella pared, oyendo los gemidos y tocándose muerta de vergüenza, más ganas me daban de probar ese rollo también.
    
    Para que te hagas una idea, Lena es bajita, con el pelo largo y oscuro y la carita pecosa. Se pone esos jerseys gordos de cuello vuelto, pero esas enormes tetas no hay forma de disimularlas con nada. Entre eso, las gafas pasadas de moda y las faldas largas, es la típica secretaria de manual.
    
    No es precisamente un animal social como Cleo, o como yo misma.
    
    Le saco una cabeza, y aunque tenemos el pelo más o menos de un color y un largo similar, yo lo luzco con mucha más gracia. No tengo ese inmenso busto, pero por donde pasa este culo, caen ríos de babas. El ego bien, gracias.
    
    Total, que entre una cosa y otra, me empecé a obsesionar un poquito con el tema, y con ella.
    
    Lena seguía como siempre, patosa y tímida, haciendo su trabajo lo mejor que podía.
    
    Así que un día se me ocurrió un plan, y organicé en casa una cena bien completa, para una cita que nunca se presentaría. Cuando ella pasaba por delante de mi despacho, fingí una discusión telefónica y me aseguré de levantar la voz lo suficiente.
    
    Funcionó. Lena dio un respingo al oirme insultar al aire y se asomó a ver qué me pasaba.
    
    Muy molesta, le conté como me habían dejado plantada a última hora con todo preparado ya en casa. Interpretación digna del Oscar.
    
    Es muy inocente. Cuando le pregunté si quería venirse a cenar a casa para no desperdiciar toda la comida que había encargado, aceptó. Según me contó por el ...
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