Las vueltas de la vida III - Relatos Eróticos

Las vueltas de la vida III

Em: En otro momento podremos, no quiero provocar problemas - dije mirando a la pista de baile nuevamente.

Ro: Quizás tengas razón - hubo un silencio lleno de tristeza - ¿me acompañas a tomar aire? - mencionó.

Em: Claro, vamos - al responder me tomó de la mano y guia entre la gente - dónde me llevas?

Ro: Donde podamos conversar tranquilas - responde mientras llegamos a un balcón apartado, me queda mirando - no sabes lo mucho que ansíe este momento pero creo que no es como me lo imaginaba - muestra una leve sonrisa.

Em: no sabes las ganas que tengo de besarte - dije tomando su rostro buscando sus labios, aunque al ser más alta que yo me costó un poco jajajja.

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Ro: No me hagas esto - dice quitándome la mirada- estoy con alondra y le debo respeto - mientras toma mi rostro y besa mi frente - quisiera que ese beso fuera en tus labios pero...

Em: Tienes razón… no te obligaré - dije estirando los brazos - puedo abrazarte?

Ro: Claro y no sabes lo mucho que quería esto - nos abrazamos y estuvimos así unos minutos, aproveché de olfatear su pelo, su perfume y todo lo que alcanzaba de ella, sus brazos eran demasiados cálidos, me sentía protegida aunque yo fuese mayor.

Después de unos minutos en que nos tomamos de las manos, acaricie su rostro angelical y acaricie su cabello, decidimos volver porque nos debían estar esperando.

Mica: Supongo que pudieron conversar un rato - sonriendo- en mi caso es hora de partir, mañana tengo vuelo y sin duda fue un gusto estar con ustedes - dice mirando a alondra - un verdadero placer - besando su mano.

Em: En ese caso somos dos, también debo partir, al igual que tu tengo un vuelo en la madrugada y no lo puedo perder - las miré un instante - espero verlas en algún momento - miré a Ro - y quizás nos veamos en Tokyo.

Ro: Las cosas se darán solas, que te vaya bien en el viaje, te cuidas - responde sin mucho ánimo.

Al: Que les vaya bien chicas y agradezco la compañía de la noche.

Al despedirnos estuvimos en un abrazo muy largo, pero supongo que no entendieron nuestros motivos. Esa madrugada también me despedí de toda la gente bonita que había conocido, con Bárbara coordinamos mi llegada a España, que cuándo sería y dónde llegaría, en fin, nos despedimos y continué mi travesía. En Turquía estuve 20 días, en Rusia 15 y en indonesia 40 días y aunque no quería irme, quería llegar a Tokyo para ver competir a Romina, era mi motivo para “continuar” mi viaje.

Ya había llegado a Tokyo pero nunca me comuniqué con Ro, tampoco le avisé que vendría ni nada, si la veía sería una sorpresa, de lo contrario no quería ponerla nerviosa. Era Miércoles 15 y los juegos daban comienzo, la ceremonia y todo lo protocolar lo vi por tv, había conseguido el itinerario completo de sus combates y pretendía estar en todos lo que se me diera la oportunidad, también había coordinado con camila que era su acompañante en los combates, que recibiría una rosa blanca por día de competencia. En los ...