Medico de campo (Parte 2) - Relatos Eróticos

Medico de campo (Parte 2)

... sobre la cama y son gran malicia comenzó a acariciarla, en un santiamén la mujer estaba con los pezones duros como piedras y sin corpiño mientras el Doctor le revisaba sus negros y duros pezones, se los estiraba y se los retorcía, al principio le daba dolor, mas luego no pudo evitar comenzar a gemir con placer y sintió la necesidad de abrir sus piernas, cuando el buen Doctor le introdujo una mano bajo su tanga y acaricio su clítoris, se corrió temblando como una hoja de árbol en una tormenta, su vista se nublo y en un largo gemido dejo escapar la leche de su concha caliente, se estaba recuperando cuando noto como un hombre desnudo la montaba y la utilizaba como mujer, el rubio macho sabia lo que hacia, en una corta estocada la penetro hasta el fondo de su útero, y con unas cortas y rápidas embestidas consiguió hacerla acabar de nuevo, era la primera vez que sentía en su interior una verga que no fuese la de su marido, y no sintió remordimientos, solo cerro sus ojos y gozo como una yegua con la terrible poronga de su padrillo, eso sentía ella, se sentía servida como una yegua alzada, y le gustaba sentirse así, abierta y usada, para ella el sexo era monótono y sin placer, su marido la montaba y en un minuto llenaba su cuca de leche, darse vuelta y a dormir, ahora no podía parar, quería sentir esa verga en su concha todo el día, la llenaba, sentía como rozaba su útero, le daba real placer sentir ese badajo duro en sus tripas, ahora se sentía una mujer de verdad. No se dio cuenta que el Doctor no se corrió, solo la abrazo la beso y con sus dedos le perforo su cerrado ano, ella protesto un poco, pero siguió sintiendo placer, el placer de saberse usada por un hombre. Ya en confianza contesto todo lo que el doctor le pregunto sobre los gustos de su patrón.

Luego de su revisión le tocaba el turno a su niña, Martina estaba muy nerviosa y con miedo, nunca había visto a un medico, y sentía temor, mucho temor, el Doctor la tranquilizo con alguna bromas y haciéndole cosquillas, la niña despacio empezó a tomar confianza y todo se transformo en un juego, al igual que a su madre la hizo desnudar, la niña lo hizo sin sentir pudor, estaba acostumbrada, cuando la reviso noto que la criatura no era virgen, ni de su vagina ni de su ano, con sutilezas la interrogo y la niña le contó como jugaban con el Ingeniero, y como el, le metía juguetes en su cola y en su conchita, al principio eran juguetes chicos, cuando ella tenia seis añitos, pero ahora como ella ya sabia jugar mejor le metía cosas grandes que a ella al principio le dolía pero ahora ya le gustaba mucho, y se ponía muy contenta cuando el ingeniero jugaba con ella, incluso vio como su papa jugaba con el, era su papito quien primero metía su cosa en la cola del Ingeniero y luego se daban vuelta y ahora el Ingeniero le metía su cosa en la cola a su papito, cuando el patrón le decía a su papi que tenia que irse a trabajar la llamaba a ella y seguían jugando, también el ingeniero se ponía como un perrito y le ...