Mi primera relación ciber IV - Relatos Eróticos

Mi primera relación ciber IV

... pude evitar reírme al ver la zanahoria, entre risas le pregunte si estaba burlando de mí, ella enseguida se dio cuenta y soltó la zanahoria quedándose únicamente con el calabacín en la mano, mis únicas palabras fueron ya sabes que hacer perrita.

Marta se colocó en la cama estaba colorada, de la mezcla de sensaciones, un poco de vergüenza así que intente tranquilizarla.

-Perrita tu puedes, relájate y veras como dilata.

Lo cierto es que era grueso y largo, mi polla volvía a estar tiesa y me acariciaba suavemente sabía que eso a ella le gustaba, poco a poco puso un preservativo al calabacín aunque no cubría ni la tercera parte del mismo, y empezó a jugar con él por su raja, me pidió permiso para quitar las pinzas de sus pezones y accedí, estos estaban enrojecidos y tiesos de tanta presión.

Marta se concentraba a intentar meter la punta del calabacín pero no acababa de conseguirlo, era demasiado grueso, seguía pasándolo suavemente por su raja, con la otra mano saco de la mesita un poco de lubricante y embadurno su agujerito, que nunca había sido penetrado por nada de semejante tamaño, al final no sin esfuerzo consiguió introducirlo y cuando ella considero que tenía bastante trozo dentro paro, dejando que su cuerpo y el falo improvisado se adaptaron uno al otro.

Empezó a follarse con el calabacín a un ritmo lento, pausado sintiendo todo el grosor de este en sus paredes vaginales, entonces le pedí que lo sacara completamente, ella hizo el ademan de protestar y la tranquilice solo quería ver su agujero dilatado como palpitaba como si faltara algo dentro de ella, y así fue se veía toda abierta, contrayendo sus músculos vaginales sin ser capaces de volver a su forma original en ese momento.

-Sigue perrita, y acelera le dije, y ella obedeció no tardo nada en empezar a ladrar cuando le dije que adelante que se corriese para mí. Marta empezó a gemir soltó el calabacín y este salió disparado de la presión, Marta estaba teniendo su primer squirt, la imagen impresionaba como el calabacín había salido, y su vulva se contraía mientras parecía que se orinaba sin dejar de chillar mientras llegaba a su deseado orgasmo.

Yo estaba a punto de correrme de nuevo y ella lo sabía, separo sus piernas mientras acariciaba sus muslos para mostrarme su agujero totalmente dilatado, la imagen me excito de tal modo que no tarde nada en volver a correrme de nuevo, había sido la sesión más intensa que habíamos vivido hasta el momento.

Se había hecho tarde, y lo cierto es que Marta tenía bastante que recoger, se despidió dando las gracias como hacia habitualmente y ambos desconectamos las cámaras.

Esa noche sucedió algo inesperado, el correo que solía enviarme por las mañanas se adelantó y llego por la noche algo que me sorprendió.

Buenas noches señor.

Sé que le tengo que escribir por las mañanas pero hoy necesitaba hacerlo ahora y explicarle todas mis sensaciones, entiendo que quizá tenga mi merecido castigo pero después de lo de hoy no podía pasar ...