1. El jugador


    Fecha: 21/08/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    ... convencional. Pequeño pasillo de entrada donde se encontraba el baño y una estancia un poco más amplia donde se ubicaba la cama de matrimonio que aquella noche sería testigo del cobro de una apuesta de juego. En medio del desconcierto le expliqué al tipo que, para evitar la tentación de que quisiera intervenir tendría que atarle a la silla para que presenciase el espectáculo sin meter la pata. Por supuesto se quejó, a lo que amenacé con largarme con el dinero. Ana le hizo entrar en razón.
    
    No puedo negar que estaba disfrutando con aquel pelele en manos de su novia más que en las mías. Con mi cinturón y el suyo le até de pies y manos a la silla desde donde vería como me follaba a su novia a mi antojo.
    
    Por fin me coloqué ante aquella chica. Era una preciosidad de rasgos suaves, grandes ojos y labios carnosos. Su melena castaña clara enmarcaba una preciosa cara de rasgos suaves, ojos grandes y labios carnosos. Su cuello esbelto descansaba sobre un busto de tamaño medio. Sus tetas no eran excesivamente grandes pero de una forma bonitas. La besé con delicadeza en la boca y seguí descendiendo por su mentón, su cuello. Ana, con los ojos cerrados suspiraba sintiendo mi aliento sobre su piel ante la atenta mirada de su novio.
    
    Con delicadeza fui bajando su vestido desde los hombros que cayó a sus pies. Salió de él quedándose solo con un sujetador negro que cubrían aquellas tetitas de pezón oscuro y gordo que intentaba atravesar la tela de la prenda y unas braguitas a juego que cubrían, en semi transparencia, un pubis rasurado del que me encargaría más adelante.
    
    Era la primera vez que estaba casi desnuda ante otro hombre y en presencia de su novio. Su excitación era indescriptible. Ana se volvió, dándole la espalda a su novio. Llevando sus manos a su espalda desabrochó el sujetador mostrando sus tetas desnudas a aquel maduro y evitando que las viera Carlos. Acerqué mis labios a los pezones oscuros y los besé, los succioné, los mordí, arrancando de Ana suspiros de placer.
    
    La mujer me miró. Me agarró por la nuca y me besó. Nuestras lenguas se entrelazaban en el interior de nuestras bocas. Ella atrapó la mía con sus labios y la lamió con placer. Carlos, inmovilizado en la silla no se podía perder el espectáculo que le estábamos brindando.
    
    Haciendo una leve presión sobre sus hombros, Ana entendió que debía arrodillarse ante mí. Con mirada de puta lasciva comenzó a desabrocharme el pantalón. Lo bajó y quedé con mi bóxer negro cubriendo la erección de mi polla. La chica no dudó en morder el bulto que se adivinaba a través de la lycra de mi ropa interior. Carlos, el novio, resoplaba indignado con el disfrute de su chica. Lo miré y sonreí con malicia.
    
    Ana tiró hacia abajo de mi bóxer liberando una polla de tamaño estándar y considerable grosor a escasos centímetros de su cara:
    
    -Mmmm.... joder que buena polla.... -la chica estaba entregada a la morbosa situación.
    
    -Ana, por favor, ¿pero qué estás haciendo? -el pelele del novio no daba ...
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