1. Marina, mi nueva vecina (III)


    Fecha: 21/08/2019, Categorías: Hetero Autor: Srva, Fuente: TodoRelatos

    ... ¿Si? ¿Puedes correrte en mi boca? Necesito probar tu sabor... necesito que me des tu leche.
    
    Esas palabras retumbaron en mi cabeza y automáticamente mis ganas de correrme aparecieron.
    
    - Me corro Marina.
    
    - ¡Dame tu leche! ¡Dame tu leche!
    
    Decía Marina a la vez que se ponía de rodillas frente a mí y abría su boca suplicando mi néctar sin parar de ordeñarme. Su escote desde esta perfectiva era inmenso, sus dos grandes tetas pedían ser liberadas, pero yo ya no podía más.
    
    Un potente chorro de leche se introdujo en su boca acariciando su lenga y llenando la cavidad. Un alarido hueco salió de mi boca, demasiado alto y potente para estar en un sitio público. Su cabeza inmediatamente se acercó a mi pene pero sin tocarlo, dejándolo a escasos centímetros para no derramar nada de aquel placer convertido en jugo. Su lengua relamía sus labios con el líquida caliente y blanco, sus ojos cerrados denotaban el placer que ese momento le producía.
    
    ¡¿Hola?! ¡¿Quién anda ahí?! ¡¿qué estáis haciendo?! gritaba una voz femenina desde el otro lado de la puerta mientras aporreaba la puerta. ¡voy a llamar al de seguridad!
    
    Nuestros corazones dieron un profundo vuelco y empezaron a palpitar aún más rápido si cabe. La cara de Marina se transformó, su cara de placer pasó a ser una cara pícara, como la de una persona que gasta una broma pesada.
    
    Rápidamente ella se incorporó y limpiándose la comisura de los labios salió pitando del servicio sin ni siquiera mirarme.
    
    Yo como pude, saque fuerzas que no tenía para volverme a subir los pantalones y calzoncillos y salí pitado del servicio, casi tropezando con la dependienta pelirroja del culo diez que estaba afuera con cara de asombro.
    
    Salí del supermercado y me dirigí rápidamente de nuevo a casa sin tener noticias de Marina.
    
    18 de julio de 2019, 19:47 de la tarde
    
    Llevaba todo el día nervioso, agitado y como no, caliente. Desde el episodio del supermercado tenía la necesidad de hablar con Marina acerca de lo ocurrido, pero la presencia de su marido en la casa lo evitaba. Buscaba el momento en el que este se fuera para poder llamar a su timbre y verla. Tampoco podía hacerlo de otro modo ya que no tenía ni su móvil, solo quedaba esperar y aprovechar el momento.
    
    Estando en el pequeño jardín de mi casa reposando en una silla mientras me tomaba una cerveza y me entretenía con el móvil, una bola de papel se coló por encima del seto y aterrizó a mi lado. Lo cogí y leí lo que ponía en su interior
    
    "En mi garaje en 5 minutos, no llames al timbre, solo espera que se abra la puerta"
    
    Pegué un salto de la silla, corrí al baño a lavarme los dientes y me dirigí a la puerta de la casa de Marina esperando alguna señal. A los 5 minutos la puerta corredera de la casa se abrió y consigo se elevó la puerta de la cochera.
    
    En su interior al lado del todoterreno negro aguardaba Marina con el vestido blanco de estar por casa y con una cara de auténtica diabla que me indicaba con el dedo que me acercara.
    
    -Creo que ...