1. Infiel por mi culpa. Puta por obligación (3)


    Fecha: 20/08/2019, Categorías: Grandes Relatos, Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... para nuestro encuentro. Nada que muestre demasiada piel para no amedrentarlo y traerle infernales recuerdos, pero si algo sobrio que me luzca y por supuesto que le agrade y yo, no le sea para nada indiferente. ¿El enterizo midi de color marfil de abotonar por delante? ¡No! ese no porque me queda demasiado ajustado y además muestro mucha pierna. Mejor el vestido de crochet, con rombos multicolores tejido a mano y discreto escote en «V», aquel que me regaló para navidad, con un top blanco de algodón por debajo. Sí, ese es el indicado.
    
    ¿El sexy cachetero negro de encaje o la tanguita? Hummm, mejor el negro y la blanca la dejaré para una próxima ocasión si mi confesión se alarga y mañana se hace necesario continuar con nuestra charla, abriéndonos el corazón y el alma. Para rematar mi look, las sandalias doradas de tacón cuadrado junto al sombrero de paja y ala ancha. ¡Oops! Que no se me olvide llevar los lentes oscuros con montura de carey que también me regaló recién llegamos aquí. ¿Maquillaje? Sí, pero prudente. Quiero… ¡Necesito volver a enamorarlo!
    
    ***
    
    Atravieso sin prisas el hall de la entrada frente a la recepción, donde se encuentra una esbelta jovencita con el color de piel del café oscuro que me deseo tomar en este momento. El joven ante quien me registré anoche ya no se ve por ahí. La muchacha me observa desde detrás del amplio mueble, me acerco extendiéndole la llave magnética y le saludo con cortesía.
    
    — ¡Buenos días! —le digo y ella tomando con delicadeza la tarjeta, sin apartar sus ojos azabaches de los celestes míos, me responde con una suave voz…
    
    — ¡Bon día señorita! ¿Pasó usted buena noche? —Me corresponde el saludo y acompaña su pregunta con una amistosa sonrisa, –quizás más falsa de lo que aparenta– a la vez que inclina un poco la cabeza como si fuera yo merecedora de una reverencia.
    
    Alargo mi brazo y doblo ligeramente mi mano derecha frente a ella, levanto un poco mi dedo anular con la dorada alianza y acompaño el gesto con una picaresca sonrisa. Los demás dedos desprovistos ya, de las alhajas de mi lujurioso pasado.
    
    —Lo siento, discúlpeme usted. ¿Señoraaa…? —Y se apena por su inocente imprudencia tanto como por no saber el nombre de su huésped.
    
    No noto algún rubor en su oscura tez pero de seguro que es sincera en su azoramiento, ya que deja de mirarme y afanada busca en la pantalla del ordenador el número de mi habitación.
    
    —Melissa López… —Hago una breve pausa, no digo mi segundo nombre pero le recalco seguidamente de quien soy esposa…
    
    — ¡De García! Termino por aclararle, –como si a ella le importara o le conociera– mientras doblo el brazo izquierdo y las asas finas de mi bolso de lona monogram, se afirman en el codo. — ¡Mucho gusto! Realzándolo con una ligera curvatura hacía arriba en mis labios.
    
    Me le adelanto en su averiguación, retiro los lentes de sol de mi rostro y le extiendo la mano. Ella la toma con delicada firmeza y percibo la suavidad de su piel durante los instantes en que las ...
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