1. La niña del balneario (Final)


    Fecha: 20/08/2019, Categorías: Hetero Sexo con Maduras Voyerismo Autor: MarioMM, Fuente: SexoSinTabues30

    Nuevamente me marche del lugar nervioso y asustado, sin embargo, de nuevo, no hubo consecuencias, el dueño del lugar desaparecido y la madre de la chiquilla también. Pasaron días y luego unas tres semanas aproximadamente, pero no se volvió a repetir esa difícil situación que requería se alinearan los planetas. Lo que sí sucedió es que me cruce con ella un par de veces, le sonreí y la salude con mi mirada discretamente y ella correspondió tímidamente esos gestos con una sonrisa con la cara ruborizada.
    
    Llegó el gran día, por fin se volvió a quedar el balneario solo con ella y yo, esta vez no me oculte de ella, incluso pasé cerca de donde ella se encontraba fingiendo que no había notado su presencia. Cuando ella se dirigió a las regaderas, sin ningún tipo de precaución me fui detrás de ella. Estaba muy excitado, mi deseo sexual por ella ya me nublaba el juicio, se dice que los hombres somos muy fácilmente manipulables con el sexo, pues esa niña me tenía a su merced.
    
    Se escuchaba el ruido del agua dentro del cuarto de baño, esta vez no deje mis cosas en el vestidor masculino, incluso hice ruido con mis pisadas para no asustarla como la vez anterior.
    
    Yo: Hola –le dije esbozando una sonrisa-
    
    Yo: ¿Puedo? –como si llevara años de conocerla le pedí permiso de bañarme con ella, a lo cual ella solo afirmo con la cabeza desviando su nerviosa mirada y sonriendo tímidamente-
    
    Yo: hace mucho que no te veía Anita, ¿Cómo has estado?
    
    Anna: Bien
    
    Empecé a desempacar mis cosas: toalla, sandalias de baño, jabón, una esponja. Todo eso delante de ella, enviando indirectamente el mensaje de que no estaba allí porque necesitara jabón, sino porque necesitaba su compañía. En otras palabras, su hermoso cuerpo desnudo de niña y no daría un paso afuera hasta no vaciar la leche de mis testículos ante sus ojos.
    
    Abrí la regadera a un lado de la suya, repito, no había paredes ni divisiones ni nada, era solo un cuarto amplio con varias regaderas colocadas en hilera, lo que provocaba que a más regaderas abiertas más vapor se producía, que, combinado con la poca iluminación del lugar, creaba una atmosfera increíblemente erótica que no dudo haya sido usado varias veces de la misma manera que yo pretendía hacerlo.
    
    Charlamos durante 5 minutos, o quizás debo decir, hable mientras ella me escuchaba y tímidamente miraba de reojo mi enorme falo deseoso por ella. Vale la pena mencionar que no soy muy dotado, es un pene promedio o quizás un poco menos, pero nunca me ha defraudado.
    
    Repetí el ritual de enjabonamiento de la vez pasada, tenía planeado culminar en una paja descomunal en su honor, la diferencia es que cada que me enjabonaba cierta parte del cuerpo a veces le daba una caricia rápida a mi verga, buscando mantener la erección o incluso endurecerla.
    
    Esta vez Anita no se quedó mirándome fijamente, comenzó a enjabonar su largo y hermoso cabello, en ese momento decidí no desaprovechar la oportunidad.
    
    Yo: Tienes un cabello muy bonito ¿me dejas ...
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