1. Incubo


    Fecha: 18/08/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: SexoDispuesta, Fuente: SexoSinTabues30

    ... el puente enfrente de su intimidad y rota reduciéndola a una tira alrededor de su cadera.
    
    Sus tobillos son atrapados y levantados hasta doblarla y llevarlos hasta su cara, Sin explicación Sus senos masajeados por esas manos aunque ya no sienten esa lengua. Estaba expuesta totalmente e indefensa. Ese sentimiento por raro que parezca era excitante para ella.
    
    Una lengua comenzó a lamer su ano, de forma insistente y recorría sus pliegues, de pronto y sin aviso entro y la penetro. Esa lengua se sentía larga y gruesa, serpenteante. Ella nunca había disfruta un anal; siempre le dolia pero ahora era tremendo el placer, los movimientos de la lengua detonaban estrellitas en sus ojos, partes de ella que no conocía gritaban de placer y ahora la lengua entrando y saliendo era demasiado estaba a punto de otro orgasmo y ni 5 minutos habían pasado.
    
    Eso no podía ser y se negaba a ello luchando con todo por retomar el control pero no se esperaba que las bocas volvieran pero ahora atacaron cada labio intimo por separado, los lamían, chupaban, saboreaban, recorrían. Esas lenguas lamían por dentro y por fuera. De repente dentro de ella esas lenguas se cruzaban y retorcían hasta llegar a los labios internos, donde estos eran recorridos con fuerza y delicadeza.
    
    Simplemente demasiado y cuando lo que de ella se derramo y las pruebas del orgasmo se deslizaron hacia abajo, la lengua que atendía su ano salio de a poco para dar paso a algo mas grande y grueso. Le dolió la entrada y sintió un dolor que nublo el placer. Un grito salio, un reclamo de «duele» fue claro y poderoso, pero no genero respuesta en su atacante que simplemente se hundió hasta el fondo. Costaba respirar por el dolor, se sentía extraña y llena y tuvo un corto momento de paz y quietud en su ano pues las lenguas no pararon nunca y ahora entraban y salían coordinadas y lamían tan profundo que no lo creía posible. El dolor volvió pero no solo pues el placer era un acompañante y el movimiento de unas caderas que no veía le marcaban un ritmo que la vibraba toda. Cada impacto le recorría la columna, cada salida le dejaba un vació que era rellenado de nuevo. Sin dar descanso ahora los orgasmos se sucedían uno tras otro.
    
    Sin poder pensar claramente sintió un vació pues las lenguas y las bocas dejaron sus labios y un miembro la penetraba hasta llenarla, su pánico fue que ya no podía albergar nada mas pero no sentía las caderas de su «amante». Quería no pensar en ello y no pudo su clítoris fue ahora la victima de una boca y una lenguas ansiosos a chuparlo y amasarlo mientras «sufría» una doble penetración.
    
    Aquello fue el final y su resistencia mental cedió, se entrego a totalidad y fue recompensada con un orgasmo que le hizo temblar todo, se sintió inundada, anegada, simplemente esa venida no cabía en ella. Y llego el piadoso desmayo.
    
    Despertó en el sillón, pensando en que era un sueño lo que había pasado. Pero no podía explicar su ropa en el piso y su amada tanga roja rota en su cadera. Tampoco ...