1. Iniciando a mi primo


    Fecha: 18/08/2019, Categorías: Gays Autor: jjrico, Fuente: TodoRelatos

    ... gordita, pero como me había comentado en alguna ocasión, agradecida y siempre le tenía saciado. En la pubertad descubrimos el placer de las pajas juntos, en las siestas en el pueblo nos pajeábamos a diario, pero cada uno la suya, compartíamos alguna revista porno, como el Interviú de Marta Sánchez que teníamos con las páginas pegadas de las lefadas. Además de primos siempre hemos sido muy buenos amigos y confidentes. Cuando empezamos a tener relaciones con nuestras novias nos aconsejábamos sobre posturas y prácticas sexuales; aunque ya dejamos de pajearnos juntos, siempre nos contábamos nuestras aventuras y desventuras sexuales.
    
    Llegamos al pueblo por la mañana, hicimos las gestiones en el ayuntamiento y después nos fuimos a comer a un bar cercano donde pasamos la tarde con otros amigos del pueblo que hacía tiempo que no veíamos. Se nos hizo tarde y decidimos quedarnos a dormir allí, en casa de nuestra abuela.
    
    A pesar de ser finales de octubre, cuando llegamos la casa llevaba cerrada desde el verano y estaba helada. Encendimos la chimenea y nos preparamos algo de cenar mientras veíamos la tele.
    
    Poco después de cenar, nuestra conversación acabó girando en torno al sexo, como siempre, recordando la cantidad de pajas que nos habíamos hecho en aquella casa. Mi primo empezó a comentarme que llevaba un tiempo a palo seco, que su mujer había estado enferma una temporada y le tenía tieso matándose a pajas. Yo por mi parte le comenté que tenía suerte porque mi mujer sí me tenía saciado, aunque obvié comentarle las ganas de comerme una polla que tenía. Así fue desvariando nuestra conversación hasta que Carlos propuso que por qué no nos hacíamos una paja como antaño, que él necesitaba desfogar.
    
    Sin darme tiempo a responderle fue al baño a por un rollo de papel, buscó algo de porno en la Tablet que llevaba y se la sacó y empezó a cascársela. Yo me quedé de piedra, admirando aquel rabo, que hacía tiempo que no veía, era similar al mío, de unos 18 centímetros y sin circuncidar, tenía poco vello alrededor y dos grandes pelotas que le colgaban aún más que las mías, de pequeños le decía que parecían una bolsa de te colgando. Al rato me sacó de mi ensimismamiento y me comentó: “deja de mirar maricona y sácatela ya”.
    
    Me bajé los pantalones y empecé también a pelármela, estábamos los dos sentados en el sofá frente a la chimenea con nuestras piernas rozando, con el calor del fuego nos quitamos la ropa y mi primo me sorprendió al comentarme que se me veía en mejor forma desde la última vez que me vio en bañador. Nos la pelábamos lentamente de vez en cuando sorprendía a mi primo echándole un vistazo a mi rabo hasta que me comentó, que si me había depilado los huevos. Cuando le dije que sí, que llevaba un tiempo haciéndolo, alargó su mano y me los sobó, sorprendiéndose por lo suaves que estaban, aquello me sorprendió, no me esperaba que mi primo me tocase las pelotas, me puso a mil y me hizo lanzarme. Con mi mano fui acariciándole sus definidos ...
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