1. Las refugiadas - Olha y Maria Eugenia


    Fecha: 18/08/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: JBWriter, Fuente: TodoRelatos

    ... papel higiénico ni toallitas húmedas. Usa su lengua.
    
    Por lo demás sé que ella disfrutará tragando lo que le des y yo viéndolo luego en video.
    
    En cuanto a mi sumisa Svetlana solo se separará de Olha cuando esta esté en el rellano para grabar la entrada en la casa. ella tiene instrucciones de lo que quiero que grabe, además de lo que hagáis vosotras, que es la llegada. Por lo demás, aunque no pueda decir ni hacer nada mi esclava será como un anexo registrador de Olha, la putita que os he prestado.
    
    Besos Pedro.
    
    Svetlana grabó la llegada al quinto piso de Olha. Cuando llegó al rellano le dio la mala noticia.
    
    —Ahora baja al cuarto. Yo bajaré en el ascensor y te grabo desde atrás. Cuando lleguemos llamas a la puerta. Entras , pero una vez dentro te sales. Entraré yo y tú llamas pasados treinta segundos. Entonces entras, te arrodillas y besas los pies de quien te abra . Luego gateas hasta la otra. A partir de ahí ya podemos hacer las presentaciones.
    
    Olha cumplió lo que le había ordenado Svetlana. Después Olha presentó a Svetlana a ambas mujeres. Las dos la saludaron con un tórrido beso en la lengua. María Eugenia tenía el antifaz puesto.
    
    —Que conste que os perdono el numerito porque habéis llegado diez minutos antes de los previsto. Si no os iba a dejar grabar vuestra tía.
    
    —No le hagáis caso —explicó Susana—. Desde que el Maestro y tú visitéis a la tienda lleva sin cagar. Y para no tener problemas, hace unos minutos se ha puesto un enema de un litro de agua y aceite.
    
    »Espero que estés preparada pequeña. —Susana pensó en si ella misma estaría preparada.
    
    —Sí, Ama —respondió Olha—. Lo estoy.
    
    —Quítate el vestido —ordenó María Eugenia—, no quiero manchártelo y que tu amo me proteste.
    
    Olha soltó los imperdibles de sus pezones y dejó caer la tela al suelo.
    
    —Bien. Ahora ponte esto en el cuello. —Le entregó una bacía con un hueco en el lateral de la parte del plato.
    
    —¿Dónde, Señora? —preguntó Olha.
    
    —¿Qué es eso? Creo que lo he visto como sombrero en algún lado —comentó Svetlana.
    
    —Sí —contestó Susana—, es el gorro de Don Quijote.
    
    —¿Quién? —preguntó Olha.
    
    —Un personaje de la literatura española —explicó María Eugenia—. Pero aunque en esa novela lo use como yelmo en realidad es una bacía de barbero. Se la ponían a los hombres, poniendo el cuello en el hueco, para recoger todos los pelos y la espuma de afeitar la barba. Tú lo usaras para recoger lo que no seas capaz de tragar, pues te lo tomaras luego.
    
    Hizo que Olha se arrodillase y luego se sentase sobre sus talones, sujetando con ambas manos la bacía apoyada en el cuello. Además dejó una palangana al lado para que la volcase periódicamente. Se arremangó la falda del vestido, hasta más allá del ombligo, dejando ver que no llevaba bragas y que la tripa la tenía un poco hinchada.
    
    —¿Lista?
    
    —Siempre, Señora.
    
    María Eugenia se situó de cara a Olha y haciendo algo de fuerza empezó a orinar. Estuvo casi un par de minutos lanzando un chorro continuo de ...