1. Dulce bollería


    Fecha: 21/07/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Perexcod, Fuente: TodoRelatos

    ... pupa.
    
    Laura se retorció y rió, volviendo a negarse entre risas, aunque su cuerpo la delataba y rogaba por sentir el zumbido de la batidora contra su piel.
    
    —Vamos, Carolina, ya vale de juegos... —farfulló, aunque lo cierto era que estaba encendida imaginando lo que su amante se proponía hacer.
    
    Carolina no se dejó engañar y, tras darle un sonoro azote en el trasero a Laura, exclamó:
    
    —No engañes a quien te conoce, putilla. Ambas sabemos que lo estás deseando.
    
    Colocándose detrás de ella, le separó las nalgas mientras susurraba:
    
    —Aha! tu boquita dice que no, pero tu culito dice que sí…
    
    Se inclinó sobre el trasero de Laura y rozó las varillas metálicas de la batidora contra la sensible piel de alrededor de su ano, provocando un estremecimiento
    
    —¡Ahí no! ¡Carolina, para, que... aah! Laura gritó y se retorció cuando carolina se inclinó y exhaló una bocanada de aliento caliente sobre su ano, arrancándole un estremecimiento.
    
    Entonces, lentamente, empezó a dejar caer una hilera de saliva espesa y húmeda directamente en la rosada entrada de Laura. Al mismo tiempo, encendió la batidora y presionó la varilla de metal roma contra aquel agujero ahora lubricado,
    
    La saliva se deslizaba en el interior de Laura antes de ser arrastrada aún más profundo por las vibraciones de la batidora, y Laura se estremecía y jadeaba, abrumada por las oleadas de placer que aquellos estímulos conjuntos desencadenaban en una zona tan íntima y prohibida de su cuerpo.
    
    Carolina se detuvo un momento y, dando un par de golpecitos juguetones en el culo de Laura con las varilla de la batidora, exclamó con fingida indignación:
    
    —¡Vaya, parece que que no consigo que se me pasen las claras a nieve! Y no queremos que se hagan un lío los ingredientes de este postre, ¿verdad, mi pastelillo?
    
    Y soltó una risita maliciosa antes de inclinarse de nuevo sobre Laura y proseguir con su particular masaje, bajando y subiendo la velocidad de la batidora a capricho para variar las sensaciones que provocaba en su novia. Entretanto, su mano libre se deslizaba por el cuerpo de Laura, acariciando y pellizcandole sin tregua los pechos y el vientre y que se retorcía y gemía de puro gozo bajo el experto trato de su amante.
    
    Finalmente, un clímax intenso la sacudió en un torrente de deleite, y un grito de éxtasis escapó de los labios de Laura ante la avalancha de sensaciones que la embargaban.
    
    Mientras el orgasmo la agitaba, Laura notó cómo su ano se contraía y dilataba involuntariamente, aumentando las oleadas de placer que la embargaban. Carolina lo advirtió también, y sus dedos empezaron a acariciar e introducirse en aquel agujero prohibido con suavidad, provocando nuevas sacudidas en el cuerpo de Laura.
    
    Al borde del colapso, su coño se contrajo en oleadas, descargando un chorro de fluido caliente que resbaló por sus muslos en lentas ondulaciones. Una parte se deslizó por su piel como la caricia de un dedo invisible, mientras el resto, más denso, caía gota a gota ...