Tu, mi complemento perfecto 1 - Relatos Eróticos

Tu, mi complemento perfecto 1

Prólogo

Aquel día, me encontraba nerviosa, esperando la llegada de Charlie, la chica con la que había tonteado desde el inicio de clases, había luchado tanto para qué me prestará atención, que no podía creer que luego de tantos intentos, logré ser su novia y hoy, tendríamos una cita, de esas que tanto nos gustaban. Mientras esperaba en el porche de la casa, pensaba en sus besos, en sus caricias, en la dulzura con la que me trataba y su manera tierna de mirarme, ¡Me había enamorado de ella sin pensarlo! Y no sabía si ese amor podría perdurar con los años, pues nunca he conocido que un amor de adolescencia pudiera trascender hasta la adultez. Me enamoré como nunca me había enamorado; mezclando mi locura, mis miedos, un poco de sorpresa y ese deseo por formar una relación estable.

—Hija, ¿A qué hora llega Charlie? —escuché a mi madre.

—Debe estar por llegar, ¿Por qué? —investigué, pues conocía ese tono de voz.

Adoraba cuando mi madre usaba esa entonación para darme algún tipo de consejo, era su sello especial para hablarme con cariño a la hora de exponer su opinión sobre algo en especial. Ella era la única que escuchaba todas mis locuras, pese a que no entendía la mayoría de ellas, pero me entendía a la perfección, aun cuando a veces no necesitaba expresar nada, era como si pudiera leer mis pensamientos. Era tan dulce y comprensiva conmigo, que era más una amiga, que una madre, aunque a veces podía ser ambas.

—Por nada cariño —me regaló una sonrisa dulce.

—Mamá —entrecerré mis ojos.

Sabía que algo se traía entre manos, pero no tenía idea de qué era, ella podía ocultar muy bien sus intenciones y a mí no me engañaba, me había convertido en una experta en leer sus gestos.

—Bueno, bueno, me has atrapado —dijo, sin dejar de mirarme.

—¿Qué pasa por esa cabecita? —mi dedo índice tocó su frente

—He estado pensando en ese noviazgo que tienes y… —pronunció, pero yo intervine de inmediato.

—¿Charlie no te cae bien? Porque si no es así, puedo hacer lo que sea para que aceptes mi noviazgo. Sabes que aprecio cada cosa que me dices y para mí, es importante tu aprobación en mi relación, tú más que nadie sabes lo mucho que la amo —expresé, con la intención de parar lo que ella fuese a decir.

—Déjame continuar —me regañó.

—Lo siento —dije cabizbaja.

—Desde que me presentaste a tu novia, supe que era la indicada para ti, me gusta la manera cariñosa con la que te trata y esa mirada dulce con la que te recibe en su casa. Sé que aún son muy jóvenes, que aún están en el proceso de conocerse y que existe la posibilidad de que tengan muchas circunstancias que le permitan alejarse, pero quiero que conserves esa relación, no permitas que algo dañe ese sentimiento de amor que se tienen —acarició mi mejilla.

—Oh, mamá, son unas palabras hermosas —se me cristalizaron los ojos.

—Siempre querré lo mejor para ti y ella vale la pena —sostuvo mi rostro.

—Te quiero mamá —la abracé.

Ese día, no espera tener esa conversación con mi ...