1. El tormento de Elsa - 53 -


    Fecha: 25/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: HCL1979REBIRTH, Fuente: TodoRelatos

    Llorando, temblando, doblada sobre sí misma, jadeando, sintiendo su clítoris latir, y sangrar, Elsa babeaba por las comisuras de sus labios con la boca llena de sus medias y muerta de dolor.
    
    Tenía pánico a moverse, y que se le desgarrara el clítoris, que llevaba ya cinco minutos clavado al consolador casero que Carlos le había metido hacía ya más de media hora en su coño.
    
    -¿Duele, perra? - Dijo Carlos sonriendo mientras acariciaba su cabeza con una mano y las tetas grapadas con la otra.
    
    Elsa asintió sin incorporarse. Sudaba, gemía, lloraba, y sentía una curiosa excitación crecer desde dentro, mojando todavía más el asiento donde estaba. Elevó la mirada sin apenas moverse y vió a su torturador. Estaban ya solos, el chico seguía desnudo. Elsa miró su polla, su minipolla, se dijo, fláccida, colgando entre sus piernas y saliendo de entre esa mata de pelo y esos testículos apestosos.
    
    -No creas que he acabado con tu coño… ni mucho menos, ni contigo. Antes de que bajes al gimnasio, tengo que haberte doblegado para que aprendas a no reírte de nadie nunca más.
    
    Elsa murmuró algo tras la mordaza, jadeando y sollozando. Había aprendido, había aprendido quería decirle, pero estaba segura que ese cerdo no le quitaria la mordaza hasta bajar al gimnasio, así que se resignó a estar otra hora más a su merced.
    
    -Vamos a ver esos piececitos… ¿Qué puedo hacer?
    
    Elsa gimió. Sus pies… los castigos ahí empezaba a gustarle, y empezó a excitarse, su clítoris empezó a hincharse y eso le dolió. Cerró los ojos y gimió sollozando. Carlos disfrutó, acarició la punta del clítoris con la punta del dedo y Elsa se estremeció. La chiquilla gruñó balbuceando algo, mirando a Carlos. El chico, acariciando su cara, sonrió.
    
    -¿Quieres hablar?
    
    Elsa asintió.
    
    -Bien… te quitaré la mordaza… pero si chillas… - sacó unas tijeras de la bolsa - te cortaré ese clitoris.
    
    Elsa abrió los ojos aterrada, sin duda ese chalado lo haría, así que negó con la cabeza. Sonriendo, Carlos le quitó las medias de la boca. Elsa, escupiendo, tosiendo, gimió.
    
    -Gracias. - sollozó.
    
    -Bien… habla.
    
    Elsa, sollozando, cogió aire.
    
    -Libera mi clítoris… te lo suplico… por favor… piedad… me duele… me duele muchísimo… - lloraba desconsolada, sintiéndose excitada a la vez. Carlos sonrió.
    
    -Aún no he acabado con tu coño y tu botoncito… descuida, no lo cortaré… salvo que chilles.
    
    Sin pudor, sin miramientos, Carlos sacó de la bolsa un paquete de tabaco y un mechero. Se llevó un cigarro a la boca y lo encendió. Elsa le miraba aterrada, aquello no auguraba nada nuevo.
    
    -Bien… te quitaré eso si no chillas con esto.
    
    Y mirándola desafiante, acercó la brasa de la punta del cigarro al clítoris de la niña apagándolo sobre él. Elsa, que pudo anticiparse, cerró los ojos y apretó mucho la boca, encogiendo los dedos de los pies y pataleando aterrada y con un dolor indescriptible mientras notaba como la punta atravesada de su clítoris era también quemada. Finalmente, sonriendo, levantando el ...
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