1. Ley nude 3: mi primera vez


    Fecha: 15/08/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Dulcenenita, Fuente: TodoRelatos

    ... cómo era. Salí del vehículo. No había nadie en la calle, por fortuna. La persiana de la tienda estaba bajada. Isa llamó con insistencia varias veces y la persiana subió con lentitud. Cuando estuvo totalmente subida, pude ver a un chico alto, de metro ochenta y cabello rubio. Vestía camiseta azul y vaqueros. Llevaba en el brazo derecho el tatuaje de un rayo. Según me contaron, tenía ese tatuaje porque un rayo casi lo alcanzó una vez. Al sobrevivir, valoró más la vida y decidió tatuárselo para recordarlo siempre. En cuanto me vio, sonrió. No parecía una sonrisa burlona. Aunque claro, no lo conocía.
    
    Hola Rodrigo — saludó Isa —. Esta es la nenita de la que te hablaba.
    
    Hola preciosa — me saludó.
    
    Hola — respondí, azorada.
    
    Pasad — invitó Rodrigo.
    
    Todas pasamos y Rodrigo bajó la persiana, cosa que agradecí.
    
    Dentro, la estancia era muy grande. Estábamos en un pasillo de azulejos blancos. Enfrente había una escalera blanca que conducía a una estancia con varias camillas negras y mesas con utensilios para tatuar.
    
    Eres muy linda — me piropeó Rodrigo, acariciándome la mejilla.
    
    Sentí mis mejillas más encendidas que antes. Rodrigo era muy guapo. Olía bien, aunque no sabía que perfume usaría. No sabía si pensaba con claridad o era la calentura. Llevaba sin un orgasmo desde que empezó todo. Arruinados, como mucho. Y todos anales, con juguetes.
    
    ¿Qué se dice, lindura? — me susurró mami, pellizcándome el culito.
    
    Gracias, señor — dije avergonzada.
    
    Satisfecha, mami dejó de pellizcarme. Isa soltó una risita. Rodrigo me examinó ampliamente. Me tocó los brazos, y con un dedo, recorrió desde mi clavícula hasta el abdomen. Luego, se agachó y agarró con firmeza mi pitito enjaulado. Lo manoseó. De no haber estado enjaulada, habría tenido una erección allí mismo.
    
    ¿Cuánto lleva sin orgasmo? — quiso saber él.
    
    Fue Isa quien contestó:
    
    El último arruinado fue hace dos semanas.
    
    Bien.
    
    Rodrigo parecía satisfecho con eso.
    
    María — me dijo —, túmbate en esta camilla.
    
    Me señaló una cercana. Obedecí. Me tumbé boca arriba. Entonces, Rodrigo procedió a coger una toalla y a taparme la cara con ella.
    
    Lo lamento — dijo y parecía sincero —. Pero no puedes ver tu tatuaje hasta que termine.
    
    Dicho eso, sentí las manos de mami quitarme la jaulita. ¡iban a quitarme la jaula para el tatuaje! Así que el tatuaje iba ahí… mis piernas temblaban de frío, aunque no tenía. Solo esperaba que no doliera el tatuaje. Me pregunté qué me querrían tatuar.
    
    Sentía mi colita libre y erecta, pero no podía verla. La toalla me lo impedía.
    
    Que pequeña está — se burló Isa.
    
    ¿Cada cuánto se la liberáis? — quiso saber Rodrigo.
    
    Una vez a la semana — confesó mamá —. Se la limpiamos y vuelta a la jaula.
    
    Noté unas manos diferentes, más ásperas, tocarme mi cosita y supe que Rodrigo me la estaba manoseando. Me gustó. Notaba líquido seminal salir de mi cosita y una calentura como nunca antes. Estaba “on fire” y loca por eyacular, aunque fuera, la mitad de lo ...
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